El gobernador de Puerto Rico, Ricardo Rosselló, dijo el miércoles por la noche que renunciará al cargo el 2 de agosto, cediendo el poder tras casi dos semanas de airadas protestas y crisis política desencadenadas por la filtración de un chat repleto de mensajes groseros e insultantes entre el mandatario y sus principales colaboradores.
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La multitud de manifestantes reunida ante la residencia oficial del gobernador en la zona vieja de San Juan estalló en vítores y cánticos tras el anuncio del gobernador en Facebook, justo antes de la medianoche.
“Mi único norte ha sido la transformación de nuestra isla y el bienestar de nuestra gente”, dijo Rosselló, visiblemente afectado, en un mensaje en video en el que enumeró sus logros antes de dejar clara su renuncia.
“El reclamo ha sido contundente y lo he recibido con el más alto grado de humildad”, añadió en referencia a las protestas.
Rosselló, de 40 años e hijo de un exgobernador, es el primer gobernador que renuncia al cargo en la historia moderna de Puerto Rico, un territorio con más de 3 millones de ciudadanos estadounidenses pero que no tiene representación plena en el Congreso ni derecho a votar al presidente del país.
La secretaria de Justicia, Wanda Vázquez, asumirá la gubernatura cuando queda algo más de la mitad del mandato de cuatro años. Será la segunda mujer gobernadora de la isla.
“Es histórico, pero igual con una alarma. ¿Qué pasa más allá de esto? Hay preocupación pero también hay esperanza”, comentó el diseñador Jalil Serrano. Señalando a la gente congregada ante la mansión, añadió “Esto es de ellos”.
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Daniel López, un empresario que también estaba en la protesta, se enjugó las lágrimas mientras la gente daba saltos, hacía sonar tambores, ondeaba banderas, se abrazaba y lloraba.
“¡Lo hicimos!”, dijo. “Esto es para el futuro de mi familia (…) Es grande lo que ha sucedido”.
El anuncio de Rosselló llegó tras una tensa espera en el casco viejo de San Juan. El gobernador pidió ofrecer un mensaje al pueblo pero después guardó silencio durante horas sin más explicación, mientras miles de personas coreaban lemas pidiendo su renuncia.
En un principio se esperaba un anuncio oficial para las 17:00, pero finalmente el mensaje se difundió cuando quedaba menos de media hora para la medianoche.
“A pesar de contar con el mandato del pueblo que democráticamente me eligió, hoy siento que continuar en esta posición representa una dificultad para que el éxito alcanzado perdure”, dijo Rosselló.
El representante de Puerto Rico Gabriel Rodríguez, miembro del mismo partido que Rosselló, que aspira a convertir la isla en un estado de Estados Unidos, dijo que los legisladores habían acordado en un principio suspender el proceso de impugnación y dar al gobernador hasta las 17:00 para anunciar su dimisión. El presidente de la Cámara de Representantes del territorio dio un ultimátum al asediado gobernador: Que tomara la mejor decisión para un territorio que reclamaba su marcha o afrontara un juicio político.
En un momento dado, decenas de agentes con equipo antimotines salieron de la mansión del gobernador hacia los manifestantes, cada vez más frustrados.
Cientos de miles de puertorriqueños han expresado su indignación por los mensajes que cruzaron Rosselló y sus colaboradores, y llevan casi dos semanas pidiendo su renuncia.
En la conversación filtrada, los 12 hombres hablaron sobre la concesión de contratos públicos, lo que según algunos expertos podría ser ilegal. También insultaron a mujeres y se burlaron de los votantes, incluidas víctimas del huracán María. Roselló llamó “puta” a una política, se refirió a otra como “hija de puta” y se mofó de un hombre obeso con el que se había tomado una foto.
Las autoridades anunciaron el martes que un juez de Puerto Rico había emitido órdenes de registro para confiscar los celulares de los funcionarios que participaron en la conversación. Una de las órdenes de búsqueda indicó que los funcionarios habían empleado el chat para difundir información oficial y confidencial a ciudadanos privados, en una posible violación de las normas éticas.
Más de una docena de miembros del gobierno ha renunciado desde que se filtró el chat este mes, incluidos el confidente y jefe de gabinete de Rosselló, Ricardo Llerand; el ex secretario de Estado Luis Rivera Marín y el que fuera responsable de la Junta de Supervisión Fiscal, Christian Sobrino, que también tenía otros cinco cargos.
Los mensajes plagados de insultos del gobernador y otros 11 hombres indignaron a los puertorriqueños, ya frustrados con la corrupción, la mala gestión, la crisis económica y la lenta recuperación tras el huracán María hace casi dos años.
Decenas de miles de personas tomaron las calles para exigir la renuncia de Rosselló, en el mayor movimiento de protesta en la isla desde que los puertorriqueños lograron que la Marina de Estados Unidos dejara de celebrar maniobras en la isla de Vieques hace más de 15 años.
En principio, la Constitución de Puerto Rico indica que el secretario de Estado asumiría la gubernatura. Pero tras la renuncia de Marín, el gobierno de la isla recaería en Vázquez.
Durante el pasado fin de semana, Rosselló compartió un video en Facebook en el que anunció que no buscaría la reelección en 2020 ni seguiría al frente de su partido, partidario de convertir al territorio en un estado de Estados Unidos. Sin embargo, su resistencia a renunciar avivó más el descontento de los puertorriqueños y provocó una enorme marcha el lunes en una de las principales carreteras de la capital.
Entre los que pedían la marcha de Rosselló estaban las estrellas puertorriqueñas de la música Ricky Martin, Bad Bunny y Residente, así como una serie de políticos estadounidenses, incluidos miembros del Congreso de ambos partidos y varios aspirantes a la candidatura demócrata a la presidencia.
La polémica ha llegado mientras la isla intenta reestructurar parte de sus 70.000 millones de dólares de deuda y gestionar una recesión que ya dura 13 años y que ha alimentado un éxodo de casi medio millón de personas al territorio continental estadounidense en la última década. Muchos puertorriqueños están resentidos por los recortes de pensiones, cierres de escuelas y otras medidas de austeridad.
La crisis económica se debe en parte a gobiernos anteriores _incluido el del padre de Rosselló, Pedro_ que gastaron de más, estimaron ingresos mayores a los reales y pidieron prestados millones de dólares mientras la isla se iba endeudando más y más. El estado se declaró en quiebra en 2017. El Congreso de Estados Unidos aprobó un paquete financiero y una junta federal supervisa las finanzas puertorriqueñas.
Rosselló, un graduado del MIT con un doctorado en genética, dedicó buena parte de su mandato a combatir las medidas de austeridad y pedir fondos federales después de que María devastara la isla en septiembre de 2017, causando miles de muertes y más de 100.000 millones de dólares en daños.
Casi dos años más tarde, unas 30.000 viviendas siguen teniendo lonas en lugar de tejados, los cortes de electricidad siguen siendo habituales y Puerto Rico ha recibido menos de un tercio de los aproximadamente 40.000 millones de dólares prometidos por el gobierno de Estados Unidos. Rosselló se quejó este año de que recibía un trato injusto y una actitud hostil por parte de algunas autoridades estadounidenses.
Además, la confianza del público se ha visto golpeada hace poco por una serie de detenciones, que incluyó a funcionarios de alto nivel como la exsecretaria de Educación y la que fuera responsable de los servicios de salud.