Indignación ha causado en todo Brasil las palabras de la ministra de la Mujer, Familia y Derechos Humanos, la pastora evangélica Damares Alves, respecto a los motivos por los que las niñas pobres de las Islas del Archipiélago de Marajó, de la región amazónica de Pará, son violadas.
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«Los expertos nos dijeron que las niñas son explotadas allí (sexualmente) porque no tienen bragas, no las usan porque son pobres», señaló la titular durante una ceremonia en Brasilia el miércoles pasado.
Como solución a esta problemática, Alves anunció que una campaña de donación de calzones que «consiguió muchas prendas» e, incluso, se prevé la instalación de una fábrica de ropa interior en la zona para producir «esas prendas», refiriéndose a los calzones, de forma más barata y para generar trabajo.
“Tenemos que llevar una fábrica de calzones a la isla de Marajó. Genera empleos allí y las bragas salen baratas para las chicas allí”, indicó, según medios brasileños.
Además, en el marco de la presentación del programa «Abrace a Marajó», que busca reducir la explotación sexual de niños, adolescentes y mujeres, la ministra aseguro que en las Islas del Archipiélago de Marajó es habitual que las niñas sean intercambiadas por «alimentos o aceites diesel que mueven los botes».
En este contexto aseguró que «atacaremos el crimen, crearemos conciencia, pero también traeremos a las compañías que promueven los ingresos de estas familias».