La guardia costera libia recuperó decenas de cadáveres de migrantes que iban rumbo a Europa y que fallecieron en el mar, mientras continuaban las operaciones de rescate el viernes, un día después de que hasta 150 personas, incluidos mujeres y niños, desaparecieran en el mar Mediterráneo cuando sus embarcaciones volcaron, por lo que se teme que hayan muerto ahogados.
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«Acaba de ocurrir la peor tragedia mediterránea de este año», dijo el comisionado de la ONU para los Refugiados, Filippo Grandi.
También el viernes, las autoridades libias trasladaron a decenas de migrantes rescatados en el mar a un centro de detención próximo a Trípoli que a principios de mes fue alcanzado por un ataque aéreo pese a las objeciones de la ONU, informó la agencia de Naciones Unidas para los refugiados (ACNUR).
La agencia libia contra la inmigración ilegal dijo que hasta 350 migrantes iban a bordo de las barcazas que volcaron el jueves frente a la costa del pueblo libio de Khoms, a unos 120 kilómetros (75 millas) al oriente de Trípoli.
Entre los migrantes había eritreos, egipcios, sudaneses y libios, agregó la agencia.
Más de 130 migrantes han sido rescatados desde el jueves, informaron las autoridades libias.
Al menos una decena de ellos fueron llevados a un hospital en Khoms mientras que los demás fueron trasladados a diferentes centros de detención, incluido Tajoura, ubicado cerca del frente en los combates entre facciones rivales libias. Las autoridades hablaron bajo condición de anonimato porque no estaban autorizadas para hablar con la prensa.
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Charlie Yaxley, vocero de ACNUR, criticó el jueves los traslados de los migrantes rescatados a Tajoura cuando dijo «esto debe parar» y que el centro de detención debía ser clausurado.
«Parece que no escuchan nuestra petición conjunta para cerrar el centro de detención de Tajoura. Esto pone intencionalmente bajo riesgo la vida de estas personas», tuiteó el viernes Vincent Cochetel, enviado especial de ACNUR para el Mediterráneo central.
ACNUR afirmó que, desde que empezó el año, 164 migrantes han muerto mientras viajaban de Libia a Europa, menos que en años anteriores. Sin embargo, la agencia informó que la travesía se vuelve cada vez más peligrosa para quienes se arriesgan a hacerla, con uno de cada cuatro muriendo en el mar antes de llegar a Europa.