El gerente legal de Quiñendo y exministro de Interior de Sebastián Piñera, Rodrigo Hinzpeter, repasa el jueves pasado, cuando una bomba con 100 gramos de dinamita llegó hasta las oficinas de Quiñenco a su nombre.
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“Cuando estaba almorzando, me avisaron desde La Moneda que se había producido la explosión de Huechuraba y que también habían logrado identificar en Correos que el mismo remitente, que era un nombre falso, había mandado también un paquete a nombre mío. Cuando volví al edificio, ya estaba evacuado y con el Gope adentro”, comenta en entrevista con La Tercera.
Agrega que “la sensación es que alguien apretó el gatillo y erró el tiro por circunstancias providenciales. No tengo una buena razón para entender por qué no abrí el paquete”.
Para el exministro resulta «bien fuerte imaginarse que la muerte de uno pueda ser el deseo de otro». Reconoce que el remezón emocional es grande. «Naturalmente que el concepto del destino, la predeterminación o la providencia surgen como alternativas de respuesta».
Al ser consultado si el día en que entregaron el paquete explosivo notó algo anormal, Hinzpeter recordó que no había nada extraño, «sí tengo clara conciencia de haber visto el paquete encima del escritorio. Eso lo tengo grabado en mi memoria, pero no vi nada extraño que me hubiese hecho suponer que podía pasar algo así», subrayó.
Al final de la entrevista dejó un fuerte mensaje para los que señalan, a través de redes sociales, que todo este episodio pudo ser un montaje.
«Lo considero una enorme idiotez y no tiene ningún sentido».
