Greta Thunberg, la adolescente sueca cuya astucia en el manejo de las redes sociales hizo que decenas de miles de estudiantes de toda Europa falten a clases para pedir que se haga algo para combatir el cambio climático, planea llevar su mensaje a las América a la vieja usanza: en barco.
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La muchacha de 16 años dijo el lunes que cruzará el Atlántico en un yate de carreras de alta tecnología. Partirá el mes que viene de Gran Bretaña y acudirá a cumbres climáticas en Nueva York en septiembre y en Santiago de Chile en diciembre.
Thunberg declaró a la Associated Press antes de su anuncio que pasó meses tratando de ver cómo podía cruzar el Atlántico sin usar aviones, algo a lo que se resiste desde hace tiempo por la cantidad de gases con efecto invernadero que emiten.
Los grandes cruceros también son enormes contaminadores y los navegantes rara vez se aventuran a cruzar el Atlántico en veleros en agosto por el peligro de huracanes.
“Ir en barco a América del Norte es casi imposible”, dijo en una entrevista durante su protesta semanal frente al parlamento sueco en Estocolmo el viernes pasado. “Tengo mucha gente ayudándome, tratando de contactar distintas embarcaciones”.
Thunberg se propone dejar la escuela un año para ayudar a concientizar a la gente acerca de los peligros del cambio climático y para presionar a los líderes mundiales a que intensifiquen sus esfuerzos para combatir el calentamiento global.
Desde que comenzó sus protestas escolares en agosto del 2018, esta muchacha hija de un actor y de una cantante de ópera, habló con expertos el año pasado en la conferencia climática de las Naciones Unidas en Polonia y exhortó a líderes políticos y empresariales en el Foro Económico Mundial de Davos, Suiza. También fue recibida por el papa Francisco, quien elogió sus esfuerzos y la alentó a que siguiese su lucha.
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Thunberg es una especie de abanderada de una nueva generación de activistas europeos que temen sufrir las consecuencias de la inacción de sus padres y sus abuelos en la batalla contra el calentamiento global.
“El año pasado, mi vida dio un gran vuelco”, dijo Thunberg a la AP. “Cada día es una aventura, básicamente. A veces tengo que pellizcarme y preguntarme si lo que me está pasando es real. Todo sucede muy rápido”.
“En cierto sentido, me siento más optimista porque la gente se está despertando y se está dando cuenta de la situación”, agregó.
Thunberg ha promovido el debate en torno al clima en Europa porque su activismo tiene mucho eco en los jóvenes, según el director ejecutivo de la rama alemana de Greenpeace Martin Kaiser.
“Se ha leído todos los libros de ciencia”, señaló. “Eso le da mucha credibilidad. Ha motivado a toda una generación europea a informarse del cambio climático”.
La adolescente dijo que no sabe cómo será recibida su prédica en Estados Unidos, donde hay bastante resistencia a las medidas radicales que promueven los científicos para contener el calentamiento global.
“Haré lo que hice siempre”, dijo Thunberg. “Apelaré a la información científica y veremos qué pasa”.
Thunberg no descarta un encuentro con el presidente estadounidense Donald Trump, quien quiere sacar a Estados Unidos del acuerdo climático de París del 2015, pero cree que sería “una pérdida de tiempo”.
“No tengo nada que decirle”, declaró a la AP. “Obviamente no le presta atención a la ciencia ni a los científicos. No lo voy a convencer yo, una niña sin una educación avanzada”.
Thunberg planea asistir a una cumbre presidida por el secretario general de las Naciones Unidas Antonio Guterres el 23 de septiembre en Nueva York y participar en varias protestas en esa ciudad.
La banda británica The 1975s lanzó un álbum con un pequeño ensayo de Thunberg acompañado de música. Termina con la frase “llegó la hora de la desobediencia civil. Es hora de rebelarse”.
Acto seguido Thumberg piensa viajar a la conferencia climática anual de la ONU de diciembre en Chile. Hará asimismo escalas en Canadá, México y otros países, viajando en tren y autobús.
El yate con el que cruzará el Atlántico dista mucho de los barcos vikingos con los que los escandinavos llegaron por primera vez a América. Malizia II, de 18 metros (60 pies), cuenta con paneles solares y turbinas que producen electricidad sin generar emisiones de carbono.
El trayecto durará dos semanas y Thunberg estará acompañada por un cineasta, su padre Svante y Pierre Casiraghi, nieto del finado príncipe Rainiero III de Mónaco y de la actriz estadounidense Grace Kelly.
“No digo que haya que dejar de volar”, expresó. “Solo digo que hay que buscar formas de que eso no afecte el clima”.