Epstein quería poblar el mundo con sus descendientes para “mejorar la raza”

El magnate norteamericano Jeffrey Epstein está preso por graves acusaciones en su contra relativas al abuso sexual de menores de edad.

La forma que tenía el hombre, de 66 años, era usar a jovencitas para reclutar a niñas de alrededor de 14 años para que asistieran a sus mansiones, en donde participaban de fiestas sexuales luego de las cuales les pagaba grandes sumas de dinero en efectivo, para que no lo denunciaran.

Epstein arriesga una condena a cadena perpetua, porque tenía antecedentes por los mismos delitos, y el tribunal de Nueva York no autorizó su libertad bajo fianza, cuestión que lo habría motivado a intentar ahorcarse la semana pasada.

El New York Times ahora informó que una de las obsesiones del abusador era poblar el mundo con sus descendientes, y para eso pensaba embarazar a por lo menos veinte mujeres al mismo tiempo en su rancho de Nuevo México, para así propagar su ADN entre la humanidad.

Además Epstein estaba interesado con el transhumanismo, la ciencia que pretende mejorar la raza humana mediante tecnologías como la ingeniería genética y la inteligencia artificial.

Para acercarse a importantes científicos el magnate financiaba muchos proyectos de investigación, y gracias a eso se relacionó con Stephen Hawking, el físico ganador del Premio Nobel Murray Gell-Mann, y el paleontólogo y biólogo evolutivo Stephen Jay Gould.

Según el autor y futurólogo, Jaron Lanier, Epstein se inspiró en el «Depósito para Opción Germinal», un proyecto fallido de un banco de esperma de los ganadores del Nobel de 1999.

Además dijo que Epstein seleccionaba en cenas a las candidatas que podrían recibir su ‘semilla’, y entre sus invitadas solía haber «mujeres atractivas con impresionantes credenciales académicas».

En tanto el lingüista Steven Pinker contó que una vez el multimillonario criticó la lucha contra el hambre y la atención médica a los pobres «porque se aumentaba el riesgo de sobrepoblación». Al rebatirlo con un estudio, Pinker enojó tanto a Epstein que nunca más lo invitó a sus carretes.