El director encargado de monitorear la deforestación en la Amazonía, Ricardo Magnus Osorio Galvao, aseguró que sería despedido luego que criticar al presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, quien acusó que las cifras al respecto son «dudosas».
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El jueves Bolsonaro reiteró su acusación de que miembros del Instituto Nacional de Pesquisas Espaciales (Inpe), dirigido por Osorio, podrían haber manipulado las estadísticas sobre deforestación para dejar mal parado a su gobierno, y agregó que despedirá de inmediato a quien facilite cifras que él considere “dudosas”.
El INPE reportó recientemente que la Amazonia perdió en junio 920 kilómetros cuadrados de bosque, un incremento de 88% sobre el mismo mes del año pasado.
“No quiero inferir, comenzar a hablar de posibles vínculos con esto o aquello, asuntos personales. Pero son muy extrañas” esas cifras, declaró el mandatario.
Ricardo Osorio, un abierto crítico de las políticas ambientales del presidente derechista, señaló el mismo jueves que Bolsonaro «ya ha dicho que los datos de Inpe no eran correctos, de acuerdo con su evaluación, como si tuviera la calidad o las calificaciones para hacer un análisis de datos».
Tras una reunión este viernes con el ministro de Ciencia y Tecnología, Marcos Pontes, confesó: «mi charla sobre el presidente ha generado vergüenza, por lo que me despedirán».
Si bien por ley no puede ser despedido porque su periodo en el cargo concluye en 2020, confesó que está «en una situación de pérdida de confianza».
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Criticas de ONG a Bolsonaro
El Observatorio del Clima, una red de 43 grupos ambientalistas sin fines de lucro en Brasil, describió las críticas de Bolsonaro contra las cifras de deforestación del INPE como “un fraude intelectual”.
“Si el ministro Salles combatiera los ilícitos con la mitad de la energía que dedica a combatir la ciencia y los hechos, la crisis de la deforestación no habría alcanzado sus dimensiones actuales”, señaló la coalición en un comunicado.
El coordinador de Greenpeace en Brasil, Márcio Astrini, dijo que el incremento de la deforestación se debe a las políticas del presidente de Brasil de apoyo al sector agropecuario.
“Las cifras de deforestación son malas en sí mismas. Mentir sólo aumentará los perjuicios al país”, afirmó Astrini.