A medida que pasa el tiempo desde el atentado realizado por el tirador Connor Betts, en Dayton, Ohio, aparecen nuevos antecedentes del joven de 24 años que asesinó a nueve personas y dejó 27 heridos, antes de ser abatido por la policía.
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Betts asistía a secundaria de la escuela Bellbrook High cuando el 2012 fue suspendido por realizar una lista con las personas que pensaba asesinar, y otra con las mujeres que quería violar.
Ambas listas de las posibles víctimas fueron encontradas escritas en los muros de un baño del colegio, y de inmediato el joven y sus apoderados fueron llamados por la dirección del establecimiento que no decidió expulsarlo, sino que lo suspendió de clases.
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Una mujer que fue compañera del asesino le contó al Dayton Daily News que ella cuando era porrista estaba en la lista de jóvenes que él quería violar, y recordó que entonces le dio mucho miedo cuando Betts volvió a clases de la suspensión como si nada hubiera pasado.
Tan sádico era su compañero que una vez le dijo que su fantasía era amarrarla semidesnuda y cortarle la garganta lentamente. Por situaciones similares los papás de un grupo de compañeros decidieron retirar a sus hijos cuando Betts volvió de la suspensión de clases.
Si bien la policía el 2012 abrió una investigación criminal por las amenazas del estudiante, el caso no prosperó, sus papeles siguieron limpios y no tuvo problemas en comprar el arsenal que usó en la masacre la noche del sábado.