El gobierno del presidente Donald Trump congeló todos los activos del gobierno venezolano, en un significativo recrudecimiento de las tensiones con el mandatario Nicolás Maduro. Aplicará duras sanciones financieras dentro y fuera de su territorio a cualquiera que apoye al gobierno de Maduro. ¿Qué implica esto?
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Esta medida prohíbe a los estadounidenses hacer negocios con el gobierno de Venezuela. No obstante, no es un embargo comercial formal ya que permiten el envío de alimentos, medicinas y ropa, la entrega de correos, las telecomunicaciones, el acceso a internet y autoriza las actividades emprendidas por organizaciones internacionales y no gubernamentales.
El objetivo es “salvaguardar el acceso del pueblo venezolano a los bienes humanitarios y a las necesidades básicas”, explico el martes el asesor de Seguridad Nacional, John Bolton.
Las transacciones con el sector privado de Venezuela, el cual aún tiene un tamaño considerable, tampoco parecen verse afectadas ya que el embargo los elude.
No estaba claro cómo afectaría el decreto a la petrolera estadounidense Chevron, que el mes pasado recibió una moratoria de tres meses del Tesoro estadounidenses para continuar sus prospecciones petrolíferas con la petrolera estatal PDVSA.
El asesor de Seguridad Nacional advirtió a los principales patrocinadores de Maduro -Rusia y China- que no sigan apoyando al presidente socialista.
Empeora la crisis
Es probable que las medidas agraven las penurias en la ya de por sí moribunda economía de Venezuela, que sufre una hiperinflación de seis dígitos y una profunda contracción que supera la de la Gran Depresión en Estados Unidos.
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Sanciones anteriores contra la industria petrolera de Venezuela, la que genera casi todas las divisas por exportaciones del país, han acelerado una caída drástica en la producción de crudo, la cual comenzó con la elección de Maduro en 2013 tras la muerte de su mentor Hugo Chávez.
Geoff Ramsey, investigador de la Oficina de Washington sobre América Latina, dijo que las medidas agravarán la crisis humanitaria a pesar de las excepciones para proteger a los más vulnerables, ya que los bancos occidentales evitan procesar incluso las transacciones legítimas.
“La verdad es que ningún institución financiera quiere chocar con el Departamento del Tesoro”, comentó.
El experto señaló que en lugar de insistir en la misma estrategia de embargos que no ha logrado producir un cambio de régimen pese a emplearse durante décadas en la Cuba comunista, Estados Unidos debería hacer más para respaldar las negociaciones auspiciadas por Noruega entre Maduro y representantes de Guaidó.
Sanción histórica
La decisión coloca al gobierno socialista latinoamericano en una lista de adversarios de Washington que han sido blanco de sanciones agresivas, en la que está Cuba, Corea del Norte, Siria e Irán.
Es la primera de su tipo en el hemisferio occidental en más de tres décadas, luego de una congelación de activos contra el gobierno del general Manuel Noriega en Panamá y un embargo comercial al liderazgo sandinista en Nicaragua en la década de 1980.
Estados Unidos es uno de los más de 50 países que reconocen al líder de la oposición, Juan Guaidó, como legítimo presidente de Venezuela. Bolton calificó a Maduro de «dictador brutal» y lo acusó de utilizar escuadrones de la muerte y un esquema alimentario corrupto para controlar a los venezolanos.