El origen plebeyo de las dos nueras del príncipe Carlos y la fallecida princesa Diana está detrás de un insólito dato: ambas debieron pagar por sus vestidos de novias. Tanto Meghan Markle como Kate Middleton cancelaron miles de dólares para lucir deslumbrantes en uno de los días más importantes de su vida.
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Expertos en temas reales explican que la Corona Británica, con la reina Isabel II a la cabeza, tiene por tradición pagar los gastos de la ceremonia y festejo, pero no los atuendos que llevarán las novias. Aunque esto sea uno de los aspectos más recordados de todas las bodas reales.
Meghan: de su propio bolsillo
El espectacular vestido Givenchy que lució Meghan Markle al casarse con el príncipe Harry salió de su billetera. La ex actriz contaba con un patrimonio, antes de convertirse en la Duquesa de Sussex, de siete millones de dólares. Lo que le permitió pagar más de 100 mil dólares por el traje.
El vestido fue creado por la diseñadora británica Clare Waight Keller, quien admitió después de la boda, realizada el 18 de mayo de 2018, que Meghan le pidió que su estética fuera atemporal y elegante.
La tradición indica que las novias están a cargo de sus atuendos antes de convertirse en integrantes de la realeza. Por ello, Meghan también pagó 75 mil dólares por el famoso vestido Ralph & Russo, que usó para las fotos de su compromiso con Harry.
Kate: un regalo de sus padres
Mientras tanto, la futura reina de Inglaterra, Kate Middleton, recibió de sus padres una ayuda para pagar el inolvidable vestido diseñado por Sarah Burton, de Alexander McQueen, que costó más 400 mil dólares.
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Gracias a la fortuna de su familia plebeya, la Duquesa de Cambridge sobrepasó las expectativas de los millones que estuvieron pendiente de su boda con el príncipe William, el 29 de abril de 2011. Ahora tiene a sus pies miles de diseñadores para que luzca sus prendas, pero los integrantes de la realiza inglesa tienen prohibido aceptar regalos.