Este jueves el Gobierno anunció una indicación y, enfrentando la popular propuesta de la diputada Camila Vallejo de las 4o horas, anunció que su proyecto de adaptabilidad laboral incluirá una jornada laboral límite de 41 horas semanales promedio, pero manteniendo la idea de la flexibilidad.
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Esa idea no le gustó al sector empresarial y algunos de los principales dirigentes del sector salieron a criticar el cambio al proyecto original. Uno de ellos fue Alfonso Swett, presidente de la Confederacion de la Produccion y del Comercio (CPC), que anoche en entrevista con Mega aseguró que el Ejecutivo cedió a la batalla comunicacional. Y pese a que recalcó que «valoramos toda iniciativa que mejore el bienestar de los trabajadores», sostuvo que se deben «evaluar los efectos en todos los ámbitos: empleo, salarios, informalidad, crecimiento económico», comentó Swett.
Más tajante fue el presidente de la Sociedad Nacional de Agricultura (SNA), Ricardo Ariztía. Si bien señala que la propuesta del Gobierno es mejor que la de la diputada del Partido Comunista, expresó que «mantenemos nuestra posición de que Chile no está preparado para reducir las horas de trabajo, porque nos falta una cultura laboral como la que tienen países desarrollados». Además llamó a que independiente de la iniciativa que se presente, esta «se sustente en un análisis serio y profundo del impacto que tendrá en el empleo, la inversión, la sustentabilidad de las empresas -especialmente Pymes-, la productividad, la competitividad e incluso el costo de la vida».
Frente a este tipo de declaraciones, el ministro secretario general de Gobierno, Gonzalo Blumel, criticó a Swett y expresó que «tendrá que hacerse cargo de sus palabras».
En entrevista con Radio Universo, la autoridad respondió a las críticas de los empresarios, afirmando que «el Gobierno está discutiendo proyectos de fondo y muy seriamente» y señaló que no le gusta «cuando se hacen esas caricaturas y se pontifica porque se desconoce todo el trabajo legislativo que se hace, de horas de lograr construir acuerdos. Los acuerdos no siempre le van a dar el gusto a todos», apuntó.
Quien también se refirió a las críticas del empresariado fue el ministro de Economía, Juan Andrés Fontaine, quien señaló que los dirigentes deben considerar que la iniciativa dle Gobierno contempla la gradualidad y flexibilidad para evitar un impacto en la economía «y no me parece que así haya sido considerado en las declaraciones que he visto”.
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