La derrota electoral que sufrió ayer el presidente argentino Mauricio Macri fue una paliza que, de no pasar algo muy increíble, dejó al candidato peronista, Alberto Fernández, con un pie en la Casa Rosada ya que sacó un 47,65%, frente a un 32,08% del actual mandatario.
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A pesar de lo abatido que estaba, Macri dio una conferencia de prensa y con cara de funeral declaró que “lamentablemente hemos tenido un día malo, estamos más pobres que antes de las PASO”, y responsabilizó a la victoria de la dupla Fernández con la reacción negativa del mercado y los emplazó a trabajar para “entregar confianza porque hay un problema grave entre el kirchnerismo y el mundo. No les confían en lo que quieren hacer otra vez, deben demostrar que van a hacer algo distinto”.
Sobre la posibilidad de dar vuelta el panorama, Macri dijo que «estamos convencidos de que tenemos muchas cosas para proponer todavía. La elección de octubre va a ser una buena oportunidad para demostrar que el cambio continúa».
«Esta elección es un mensaje y nosotros lo escuchamos. Hay bronca acumulada de todo el proceso económico muy duro que atravesamos. Lo entendemos y estamos acá para seguir trabajando… Hoy hemos tenido un día muy malo. Las cosas no van a mejorar. El problema mayor que tenemos hoy los argentinos es que la alternativa kirchnerista no tiene credibilidad», acusó.
“La alternativa del kirchnerismo no tiene la confianza necesaria para que la gente quiera invertir, no tiene credibilidad en el mundo”, insistió.
“Es mi deber y mi misión trabajar codo a codo en este momento complejo que es la incertidumbre electoral en una economía que se venía dañada, aunque sigo convencido de que estamos mejor con respecto al 2015”, concluyó.