Luego de que hace 3 años se decretara a la cuenca del Lago Villarrica como «zona saturada» a causa de su contaminación, investigadores nacionales descubrieron luego de un estudio las principales fuentes del dilema que aqueja al conocido paraje turístico sureño.
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Científicos de la Universidad de la Frontera determinaron que el principal culpable de que los niveles de fósforo, nitrógeno, clorofila y transparencia sobrepasen los límites que establece la normativa chilena, son las aguas servidas, que emanan de las viviendas a orillas del lago.
“Las casas rurales, por una cuestión de distancia, es imposible que se conecten a un alcantarillado. Sin embargo, eso no quita que puedan realizar un par de esfuerzos más por manejar sus residuos, como pasar de fosos negros -excavaciones en la tierra para depositar directamente ahí sus residuos líquidos- a un sistema de fosas sépticas”, afirma Juan Carlos Ortega, director del Centro de Gestión y Tecnologías del Agua de la Ufro, quien lideró el estudio.
Se trata de nada menos que unos de 12 mil hogares sin alcantarillado, los cuales se encuentran principalmente en la zona rural entre Pucón y Villarrica, y en la comuna de Curarrehue, según estimaciones de los investigadores.
Eso no quiere decir, necesariamente, que los hogares lancen los residuos directamente al agua, sino que se trata de viviendas, en su mayoría, cuyos desechos son albergados en fosas sépticas domiciliarias que, por infiltración, llegan a napas o ríos cercanos.
“(Los contaminantes) se producen en los hogares ubicados en las cercanías de la orilla del Lago Villarrica, así como también las casas que están emplazadas a un costado del río Trancura”, indica Ortega.
Como sea, hay dos elementos más que afectan a las ya no prístinas aguas de Villarrica: el uso de suelo y la reproducción desatada de peces.
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Se calcula que los hogares emitirían en torno al 20% del nitrógeno y del fósforo total. El uso de suelo de la cuenca, en tanto, emite un 36% y 62% del total de las emisiones de nitrógeno y fósforo, respectivamente. Se suman las pisciculturas, que aporta el 30% del nitrógeno y el 10% del fósforo respectivamente.
Con la información obtenida, y junto al Ministerio de Medio Ambiente, los científicos están trabajando en la elaboración de un Plan de Descontaminación, el cual se presentará en diciembre.
De momento, la Ufro propone que se implemente una exigencia a las viviendas aledañas al lago: un certificado de una empresa certificada que demuestre que los desechos de las fosas sépticas fueron retirados, ya sea de forma anual o bianual.