A bordo de un cohete Soyouz, que despegó del cosmódromo de Baikonur, Fedor ya está viajando hacia la estación espacial internacional. Partió a las 6.30 horas de Rusia, se espera que llegue el sábado y estará diez días orbitando alrededor de la Tierra.
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La gracia del robot es que es el primero fabricado en Rusia con forma humanoide que va al espacio, y no es tan diferente a los que imaginaron las series de ciencia ficción. Mide un metro 80, pesa 160 kilos, es plateado, tiene baterías de última generación y un aire a Terminator.
En la estación Fedor estará bajo las órdenes del cosmonauta ruso, Alexander Skvortsov, que ya lleva un mes por allá arriba.
Pero el robot no es sólo una aburrida máquina que hace experimentos, no, también socializa, habla, y tiene redes sociales como Instagram y Facebook, en donde hace poco compartió que pudo destapar una botella por primera vez.
Evgueni Dudorov trabajó en la creación del robot y contó que las misiones que realizará son ultra, mega secretas, pero no tendrían finalidades bélicas.
Lo que sí hará es poner a prueba sus capacidades en condiciones de gravedad muy baja. Una de sus principales habilidades es imitar los movimientos humanos, por lo que podrá ayudar a los astronautas a realizar sus tareas.
Sus operaciones lo obligarán a manejar un destornillador y llaves, precisó Alexander Bloshenko, director de programas especiales de la agencia espacial rusa, Roscosmos, en una entrevista con el diario Rossiyskaya Gazeta.
Si bien Fedor es el primer robot humanoide ruso, no es primero de todos. El 2011 la NASA envió al espacio a un robot humanoide llamado Robonaut 2, desarrollado en cooperación con General Motors, con el mismo objetivo de ponerlo a trabajar en un entorno de alto riesgo.