Una tendencia a la baja muestra la calidad de vida de las personas respecto de su trabajo. Así lo evidencia el Índice de Calidad de Vida 2019 (ICV), realizado por Sodexo Beneficios e Incentivos el que revela que solo 50% de los trabajadores se encuentra satisfecho con su calidad de vida laboral, 32 puntos porcentuales menos que hace tres años.
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El estudio, que mide el bienestar de las personas en cuatro ámbitos: trabajo, vida personal, social y físico/mental, revela que 55% aseguró que está feliz con su calidad de vida, especialmente en los entornos personal y social. Sin embargo, al desglosar esta cifra, se descubrió que la vida laboral de las personas es la que tiene mayor grado de insatisfacción (29%), esto porque las personas no están contentas con su desarrollo personal, sus reconocimientos y su bienestar en el espacio de trabajo. Sumado a esto, se demostró que la tasa de compromiso de las personas con el trabajo cayó de un 92% a 68%.
“Cabe destacar que el desarrollo personal en el contexto laboral tiene un alto impacto y una baja satisfacción respecto a otras subdimensiones”, destaca Carola Téllez, directora de Marketing de Sodexo Beneficios e Incentivos, quien agrega que es la fuerza laboral más joven, entre 25 a 35 años, la que necesita mayor necesidad de desarrollo profesional.
Según explica, los resultados de este sondeo dan cuenta que las empresas tienen la responsabilidad de mejorar la calidad de vida de sus trabajadores fuera del ámbito laboral, es decir, por medio de iniciativas que se puedan implementar desde el trabajo, como los beneficios.
Beneficios más valorados
Cifras del estudio determinaron que los beneficios declarados como más importantes por los trabajadores, independiente de su tenencia actual, tienen que ver con aportes directos de dinero en diversos contextos, usualmente como aguinaldos o bonos: seguro complementario de salud (68%), aguinaldo de Fiestas Patrias (60%), aguinaldo Fiestas Patrias en formato gft card o cheque regalo (59%), bono por vacaciones (58%) y aguinaldo de Navidad (54%).
“A través de estas cifras queda demostrado que la entrega de beneficios genera un gran impacto en la calidad de vida, de esta manera se convierte en una oportunidad para que las empresas incorporen en su estrategia de beneficios aquellos que son más valorados y así generar un impacto positivo en la satisfacción y la calidad de vida de sus colaboradores», afirma Téllez.
Pese a ello, la experta recalca que la mayoría de los beneficios «no tienen que ver con aportes directos en dinero. Si bien la mayoría implica una transacción monetaria, el beneficio percibido no radica en la transacción, sino en otros elementos de carácter más intangible, como el beneficio de sala cuna o cursos de inglés”, agrega.
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Por otro lado, aumentar la satisfacción en el ámbito laboral de las personas no es lo único que hay que hacer para que el ICV vuelva a aumentar. En la calidad social, tanto el transporte como la sensación de seguridad son declarados elementos que hay que mejorar.
En cuanto al físico/mental, tanto la salud física como el autoestima movilizan en mayor medida la evaluación que se hace en este ámbito. Mientras que, en el ámbito personal, que es el mejor evaluado por las personas, se desprende que aspectos de mayor impacto como el estilo de vida, situación marital y logros personales tienden a estar un poco peor evaluados.