La Comisión de Educación del Senado aprobó por 3 votos a favor, 1 en contra y 1 abstención el proyecto de ley que busca eliminar las notas de primero a cuarto básico. Además, acordó dar un plazo de cuatro años de reflexión a las comunidades educativas para hacer la transición.
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El proyecto, que modifica la Ley General de Educación (LGE) para complementar el sistema de evaluación correspondiente al nivel de educación básica, se encuentra en primer trámite constitucional y su finalidad es terminar con el estrés que les producen a los niños las calificaciones numéricas.
El senador RD Juan Ignacio Latorre, presidente de la instancia parlamentaria, explicó que “el proyecto avanza en la dirección correcta, da un plazo más que razonable de 4 años para iniciar la reflexión, para que las comunidades educativas puedan hacer la transición, además está acotado solo al primer ciclo, hasta 4 básico. Es un proyecto moderado, no es un cambio estructural que genere un trastorno en todo el sistema escolar”.
Además, el legislador precisó que “hay mucha evidencia de lo nefasto que es estresar a los niños en esta temprana edad, el agobio escolar”, por ello valoró que se busque “cuidar a nuestros niños (…), que descubran el gusto, el placer, por aprender y no por la nota. Tenemos un sistema educacional estresado, competitivo”.
Por su parte, el senador PPD Jaime Quintana, uno de los precursores de la moción en conjunto con los senadores Francisco Chahuán, Juan Ignacio Latorre, Manuel José Ossandón y Yasna Provoste, coincidió con que existe abundante evidencia que respalda la iniciativa.
Agregó que “estamos llegando tarde a esta discusión; no me cabe duda que los 4 años es un plazo largo para la transformación cultural. Los autores estamos por sustituir el sistema de escala numérica, por salud mental, frustración y el estrés hacia los niños. En buena hora que nos aboquemos a la calidad educativa”.
En la misma línea, la senadora DC Yasna Provoste señaló que “el sistema educacional se comienza a jugar con otros valores y se vincula con características más cualitativas que las calificaciones numéricas”.
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A su juicio, el nuevo modelo de evaluación “permitirá que se desplieguen y desarrollen talentos diversos, la inteligencia múltiple, que los niños se sientan valorados y queridos por una comunidad escolar que los acoge y que no sean castiga con una calificación numérica”.
“Es claro que este proyecto busca reconocer y recoger la evidencia y práctica que han tendido instituciones que se dan cuenta del problema que hoy tenemos. Esta es una definición de cuál es el modelo educativo para el tipo de sociedad que queremos construir”, sentenció.
El voto disidente vino de la mano de la senadora UDI Ena Von Baer, quien criticó que esto será una “imposición para los colegios. Este proyecto obliga por ley a cambiar su sistema de evaluación, pero yo creo en la libertad de los colegios. Si acá se dijera que se propende, que se impulsa que los colegios reflexionen y que la comunidad educativa tome su decisión, mi voto sería distinto, pero no creo que tengamos que imponer por ley, especialmente en estos temas tan específicos, que debería ser una decisión más bien técnica; rigidizamos a las comunidades educativas”.
La instancia dejó constancia de que el proyecto tiene carácter de orgánico constitucional, por lo que requiere, para su aprobación en sala de 4/7 de los votos.