El Tribunal de Garantía de Puente Alto ordenó que uno de los principales sospechosos de la denominada “masacre de Puente Alto” pase al menos 120 días en prisión preventiva, mientras dure la indagación para esclarecer su autoría material del brutal crimen.
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A Carlos Vargas Durán (26) -conocido como “El Jalea”- se le acusa de haber disparado en un local de juegos tragamonedas de la población Carol Urzúa el 8 de agosto, causando la muerte de cinco personas.
Los peritajes en torno a este caso arrojaron que en esa ocasión hubo al menos 70 disparos.
El hombre fue detenido durante las últimas horas en una vivienda del pasaje La Flecha, a no más de 9 minutos caminando de donde ocurrió el tiroteo.
En la presente jornada, la Fiscalía Metropolitana Sur formalizó a Vargas Durán por cinco homicidios calificados y dos homicidios frustrados y pidió su prisión preventiva al ser considerado como “un peligro para la sociedad”.
Por su parte, la defensa del imputado aseguró que quienes lo identificaron “como autor de los disparos” serían miembros de una banda rival denominada “Los Camellos”, a la cual pertenecía “El Jalea”, por lo que es una prueba muy débil para imputarle cinco asesinatos, lo que en definitiva fue desestimado por el tribunal.
Katherine Martorell, subsecretaria de la Prevención del delito, llegó a escuchar el debate en la audiencia de control de la detención y formalización, para después valorar que el hombre haya quedado tras las rejas.
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“Esperamos que le den las máximas penas (…), es un delincuente de alta peligrosidad”, sentenció.
El trabajo de Fiscalía y las policías continúa para dar con el paradero de quien acompañó a Vargas en el tiroteo, quien también se encuentra identificado como Rodrigo Jesús Castro, alias «El Rorro», de 26 años.
Según la investigación, la hermana menor de Carlos y pareja de Rodrigo, Javiera, se habría visto involucrada en una discusión callejera con Doris Padilla, hija de la comerciante que resultó muerta esa noche del 9 de agosto.
La primera le habría bloqueado el paso a la segunda cuando iba con su hijo, instancia en la que se produjo una pelea en la calle.
De acuerdo a lo señalado por un testigo de la riña, las mujeres “se agarraron del pelo. Le pegó unas patadas (Doris) en la cara que le dejó un ojo sangrando. Ella (Javiera) gritada que iba a traer a su hermano y a su marido”.
Dos semanas después, ambos acusados vieron a Doris y su pareja cruzar la calle hasta el local. “Esa noche estuvieron esperando a Doris que saliera de su domicilio junto a su pareja. Cuando la ven, ahí salen de la esquina con armas de fuego disparando, incluso sabemos la dinámica, que Vargas va por la vereda y se pone el pasa montañas caminando directo al local comercial”, explicaron desde la Fiscalía.
Dentro de los cinco fallecidos está Jéssica Reyes, la madre de Doris, quien recibió 14 impactos de bala.