El ministro del Trabajo, Nicolás Monckeberg se refirió al debate sobre la rebaja de jornada laboral a 40 horas. «Definitivamente, el debate ha sido malo. Para algunos, pareciera que lo único que importa es ganar un punto político al Gobierno».
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Según señaló el ministro a El Mercurio, hay que actuar con responsabilidad, ya que con el sueldo de los trabajadores no se juega. «He visto en estos días un debate cargado a la demagogia, al populismo, a las propuestas fáciles».
Monckeberg no concibe que las autoras del proyecto digan que ellas «no consideraron, ni tampoco importan, las opiniones de economistas o los factores económicos».
Si bien el proyecto cuenta con apoyo popular, el ministro del Trabajo dejó en claro que su función no es «decir cosas populares en periodo de Fiestas Patrias para que me aplaudan en la fonda. Mi obligación es decir la verdad: un proyecto que reduce la jornada de 35 o 37 horas en forma brusca y rígida va a afectar el empleo y el sueldo de muchos trabajadores».
Insistió que no se trata de una carrera de popularidad, sino de decirles la verdad a los trabajadores, «respecto de un proyecto que puede constituir un grave daño en su salario y en sus trabajos».
Sostiene que la propuesta de 41 horas presentada por el Gobierno es todo lo contrario al populismo, ya que busca mejorar la calidad de vida pero no a costa del trabajo.
«Ya lo han dicho varios expertos: un proyecto de rebaja de jornada sin gradualidad, sin mejora en la productividad, sin tomar las resguardos para los momentos malos de la economía, es un error».