La Justicia española aceptó por unanimidad la propuesta del presidente socialdemócrata Pedro Sánchez de exhumar el cuerpo de Francisco Franco de su monumental mausoleo.
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El dictador, que estuvo en el poder entre 1936 hasta su muerte en 1975, ordenó la construcción del lugar en donde iban a descansar sus huesos, y no escatimó en gastos.
Franco era general cuando en 1936 se sumó a los militares golpistas que tumbaron el gobierno de la Segunda República, luego de la guerra civil que dejó decenas de miles de muertos.
Por unanimidad los seis magistrados del máximo tribunal rechazaron un recurso presentado por la familia Franco contra los planes del Ejecutivo para sacar los restos del dictador del Valle de los Caídos, el mausoleo construido en su honor, para trasladarlo al cementerio de El Pardo, de Madrid, donde está enterrada su esposa.
El cuerpo de Franco dejará el mausoleo, que consta de una basílica horadada en una montaña, coronada por una cruz de 150 metros de altura.
La familia del tirano y la Fundación Francisco Franco, que defiende el «legado» y la «memoria» del dictador, no dan la batalla por terminada. «Vamos a seguir luchando legalmente hasta el final», dijo a medios españoles Juan Chicharro Ortega, presidente de esa organización.