El poderoso príncipe heredero saudí, Mohammed bin Salman, si bien ha negado su participación directa en el asesinato del periodista Jamal Khashoggi en la embajada de su país en Estambul, reconoció que los hechos ocurrieron «bajo mi vigilancia».
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En entrevista para un documental de PBS, al líder se le preguntó si había dado la orden de matar al comunicador, a lo que respondió «absolutamente no».
«Pero asumo toda la responsabilidad como líder en Arabia Saudita, especialmente porque fue cometido por personas que trabajan para el gobierno saudí», añadió.
De la misma manera Mohammed señaló que «cuando los funcionarios que trabajan para el gobierno saudí cometen un crimen contra un ciudadano saudí, como líder debo asumir la responsabilidad. Esto fue un error. Y debo tomar todas las medidas para evitarlo».
El príncipe explicó que «una vez que se prueben los cargos contra alguien, independientemente de su rango, se llevará a los tribunales, sin excepción».
«No se puede imaginar el dolor que sufrimos (…) especialmente como el gobierno saudí, de un crimen como este», puntualizó.
Irán
El heredero de la corona saudí también tuvo palabras sobre el ataque a la refinería de su país, por el que Arabia Saudita afirma que fue “sin duda impulsado por Irán”.
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Mohammed aseguró que “sólo un tonto atacaría” importantes objetivos petroleros de Arabia Saudí y pidió “acciones firmes y fuertes para detener a Irán”.
De la misma manera aseguró que no actuar ahora envalentonaría a Teheran a iniciar una guerra contra su país que significaría «el colapso total de la economía global, no solo de Arabia Saudita o de los países del Medio Oriente».