Que Condorito fue un personaje pionero en muchos aspectos lo demuestra la extensa historia plasmada en sus caricaturas y revistas que por estos días cumplen siete décadas. El cóndor humanizado de Pelotillehue fue astronauta cuando despuntaba la carrera espacial entre Estados Unidos y la Unión Soviética, jugó por la Selección chilena en la víspera de la icónica Copa del Mundo de 1962, fue soldado en algunas campañas militares y, por supuesto, se transformó sin quererlo en un importante precursor del ambientalismo en un época cuando Chile era un país más verde y ecológico que hoy.
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Todo su desarrollo como personaje característico de Chile está reflejada en la exposición «Las vidas de Condorito» que ya entra a su cuenta regresiva en la Bibliotea Nacional, que le dedica una importante muestra en el salón Marta Cruz-Coke, con numerosos afiches y dibujos originales del Archivo de Láminas y Estampas, además de una selección de libros y ejemplares de la Sección Revistas.
Tan histórico como actual, Condorito ya es una marca chilena en el extranjero, desbordando cualquiera de las expectativas más ambiciosas de su creador, el dibujante René Ríos Boettiger (Pepo), que dio vida al «pajarraco» en 1949 en las páginas de la revista Okey (1949).
Sin embargo, Condorito se ha renovado siempre en su forma y contenidos, ha ejercido los más diversos oficios y ha traspasado las fronteras chilenas para transformarse en un ícono latinoamericano. Del mismo modo saltó del papel al mundo digital y, no hace mucho tiempo, en Perú se hizo la película que lo proyectó al cine animado internacional.
Humilde, ingenioso, alegre y buscavidas, según los estudiosos del comportamiento humano su imagen representa fielmente la idiosincrasia nacional y tanto su carácter como aventuras ya forman parte de la cultura popular. Condorito ofició de jardinero, vigilante, nochero, diseñador, arquitecto, albañil, constructor, alarife y guardaparques -entre otras incontables actividades de sobrevivencia- en el universo imaginario de Pelotillehue, y sus actuaciones durante esos episodios lo revelan como un ambientalista espontáneo. Y en la actualidad, de seguro que su frase emblemática de «¡exijo una explicación!» podría ser el mejor lema para la COP25 apelando dramáticamente a los daños que provocamos al planeta…
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