Cuando el mundo ha estado enfocado en competir, en muchas organizaciones se dejó de hablar de trabajador y trabajo en equipo, para sustituirlos por colaborador y ambientes laborales colaborativos.
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Clara Acuña, facilitadora de Transformación Cultural en Grupo Cygnus, empresa de Servicios Externos y Outsourcing, explica que “el trabajo colaborativo es un proceso en que las personas interactúan, se motivan y movilizan por un propósito compartido que las inspira”.
Bajo este sistema, las personas aportan sus ideas, ayudan a otros, escuchan y aprenden de los demás, en una dinámica de cooperación constante y espontánea. “Funciona con una emoción diferente a la del trabajo en equipo donde cada persona realiza una tarea específica, como parte de un engranaje para alcanzar en conjunto una meta”, remarca.
Asimismo, colaborar hace que las personas se sientan parte de una comunidad y proyecto común, lo cual da mayor motivación para ir a trabajar cada día. Este sistema mejora el clima laboral y relaciones humanas, destaca entre sus beneficios.
Dado que cualquier colaborador puede aportar sus ideas, el trabajo colaborativo fomenta la innovación, creatividad y capacidad de adaptación de las empresas a un ambiente cambiante.
Cómo hacerlo
Para estimular la formación de ambientes laborales colaborativos, Acuña recomienda que las empresas deben definir los propósitos que las inspiren, y que harán que las personas se movilicen y motiven, porque les parece que tiene sentido.
Advierte que la figura de jefe jerárquico se desdibuja en un equipo colaborativo y este debe confiar en que cada persona sabe hacer su trabajo, generar espacios de encuentro y participación grupal. “En un equipo colaborativo puede existir jefe, pero éste debe estar dispuesto a recibir ideas y ceder poder de decisión a los colaboradores”, aconseja.
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Para trabajar en un ambiente colaborativo, las personas deben abandonar la emoción de competir con los pares por lograr un puesto o reconocimiento. En cambio, los colaboradores deben adoptar disposición a confiar, cooperar, escuchar y aprender.
Acuña acota que realizar actividades de desarrollo personal en la oficina ayuda a que las personas se conozcan y genere mayor confianza. Asimismo, agrega que se debe valorar la diversidad de aporte de las personas. A las reuniones de trabajo, se puede invitar a colaboradores de distintas profesiones y áreas de la empresa, que aportarán miradas diferentes a un mismo tema.
Finalmente, el espacio laboral también puede estimular la colaboración a través de ambientes físicos abiertos, sin cubículos, que fomenten ayudarse entre las personas e intercambiar ideas de manera espontánea.