Hace seis días el gobierno ecuatoriano decretó el fin de importantes subsidios a los combustibles, y eso desencadenó protestas sociales a las cuales se sumaron grupos de indígenas que comenzaron a marchar de distintos puntos cardinales hacia la capital, Quito.
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La mayoría de los manifestantes proviene de las provincias del sur andino, y algunos armados con palos y fustas avanzan caminado y en vehículos hacia la sede el Ejecutivo para manifestar su indignación porque el aumento de las bencinas que redundará en el aumento de otros productos y servicios.
La Confederación de Nacionalidades Indígenas de Ecuador (Conaie) informó que calcula que alrededor de 20.000 miembros llegarán a Quito para tomar parte en la gran movilización prevista para el miércoles, junto con otros colectivos en rechazo al gobierno.
El presidente de la Conaje, Jaime Vargas, expresó que como comunidad rechazan «los atropellos cometidos por las fuerzas de seguridad en las últimas jornadas de lucha».
«Exigimos la inmediata libertad de los 350 detenidos arbitrariamente por ejercer el derecho constitucional a la resistencia», indicó Vargas. Además, acotó que sólo habrá conversaciones con el Ejecutivo una vez lleguen a la ciudad de Quito.
«Hemos cerrado totalmente el diálogo con el gobierno, no hay diálogo hasta llegar a la capital. Aquí no estamos para negociar a espaldas del pueblo. El pueblo se ha levantado y eso es lo que vamos a respetar», precisó el representante indígena.
Lenin
El presidente Lenin Moreno aseguró que las medidas no serán suspendidas y dijo que “también estoy decidido a dialogar, a tender la mano a la gente decente, a la gente honesta que quiere realmente cambiar el país, estoy decidido a dialogar con ustedes hermanos indígenas».
“Dialoguemos sobre cómo usar los recursos del país para los más necesitados”, agregó.