Samuel Litlle tiene 79 años y si infancia fue triste, su mamá era prostituta y él nació en la cárcel mientras ella cumplía una condena que no ha sido determinada, su papá lo abandonó y fue criado por una abuela en Georgia.
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De joven comenzó a delinquir y por el robo de una bicicleta conoció los reformatorios cuando era adolescente. Durante su vida pasó largos periodos en la cárcel por robos reiterados, violación, agresiones y libró dos veces de acusaciones de homicidio.
Cuando estaba libre Litlle se dedicaba a boxear y a vagar por EEUU, mientras delinquía y asesinaba sin remordimiento. Recién el 2013 fue condenado en los Angeles a tres cadenas perpetuas al comprobarse, gracias a rastros de ADN, que asesinó a igual número de mujeres que fueron estranguladas entre 1987 y 1989.
Pero eso era el principio porque investigaciones del FBI se lo vincularon a muchos más homicidios, sobre todo de mujeres afroamericanas vulnerables dedicadas al comercio sexual, en situación de calle y drogadictas.
El criminal fue investigado por el Programa de Captura de Criminales Violentos del FBI que entregó un informe que confirma que las víctimas de Little tienen «patrones alarmantes» y «vínculos convincentes» con muchos otros asesinatos sin resolver.
«El método de matar de Little por lo general no dejaba signos evidentes de que la muerte fue un homicidio. Sin puñaladas ni heridas de bala, muchas de estas muertes no se clasificaron como homicidios, sino que se atribuyeron a sobredosis de drogas, accidentes o causas naturales», dice el informe.
Los investigadores han logrado relacionar al veterano con al menos 50 homicidios, y Little, a cambio de ser trasladado a una cárcel más cómoda en Texas, confesó que que mató a 93 personas en catorce estados entre 1970 y el 2005, lo que lo covertiría en el mayor asesino en serie de su país.
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«Aunque ya está en prisión, el FBI cree que es importante buscar justicia para cada víctima, cerrar todos los casos posibles», dijo el analista de la policía federal, Christie Palazzolo.
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Dibujos
Little mataba a sus víctimas a golpes o las estrangulaba, antes de abandonar sus cuerpos en una cuneta, en un garaje o las tiraba por un acantilado. Como solía usar su fuerza bruta, muchos de sus homicidios fueron considerados como sobredosis, accidentes o causas naturales. «A veces sus cuerpos no fueron identificados y sus muertes ni siquiera investigadas», informó el FBI.
Según las fuentes citadas por The Washington Post y The New York Times, el asesino se ganaba la confianza de las mujeres, las golpeaba, abusaba de ellas y las estrangulaba.
La fiscal Beth Silverman le dijo a The New York Times que la motivación sexual era lo que movía a Little, e informó que el hombre se ofende si alguien lo llama violador.
En su defensa Litlle dijo que tiene problemas de erección, pero los fiscales encontraron semen en los cuerpos y ropa de varias víctimas.»La forma en que obtiene la satisfacción sexual es durante la estrangulación», agregó la fiscal.
En su confesión, Litlle demostró tener buena memoria porque recordó el nombre de pila de la mayoría de sus víctimas y fue capaz de hacer dibujos de buena parte de ellas, aunque no tenía clara la fecha de cada homicidio.
El detective Michael Mongeluzzo está en el caso y declaró a The New York Times que «da miedo la claridad que tiene sobre ciertas cosas después de todo este tiempo. Recuerda nombres y caras. Lo creas o no, sólo ves el mal unas pocas veces en tu carrera».
Chacal
Uno de los casos que confesó Little es el de Melissa Thomas, de 24 años, cuyo cadáver ultrajado y desnudo fue encontrado en 1996 en un cementerio de Opelousas, Luisiana.
El asesino contó que la conoció en la calle y la invitó a su auto para drogarse. Estacionaron junto a un cementerio y cuando iban a tener relaciones sexuales en el asiento trasero, él comenzó a hacerle cariño en el cuello. De acuerdo a su confesión, Melissa le preguntó: «¿Por qué me tocas tanto el cuello? ¿Eres un asesino en serie?». Litlle le respondió que «sí», y la mató.