Marco González decidió salir de Venezuela en 2017. Con su esposa y su hija de año y medio, llegó a Chile para construir una nueva vida, sobre todo para su niña a quien, desesperadamente, le buscaban la posibilidad de crecer en un ambiente más sano. Marco es periodista. Mientras estuvo en su país ejerció el oficio en un reconocido diario de tiraje nacional y luego se especializó en discurso político y en comunicación digital, siendo de los mejores en este último ramo. Pero toda esa experiencia no sirvió de nada cuando llegó al país sur americano. Mientras esperaba la legalidad, para poder buscar trabajo en su área, aceptó convertirse en sacristán de una iglesia. Las letras y la tecnología tuvieron que esperar unos nueve meses mientras el trapeador y detergentes las suplían. Si quieres ver más historias como esta, ingresa a http://codigom.com/.
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