A Santiago le costó reactivarse durante esta mañana de sábado, tras una violenta jornada previa que pasó de las evasiones del Metro y manifestaciones ciudadanas, como los cacerolazos vecinales, a la violencia desatada y la aparición de focos vandálicos con quema de buses y saqueo del comercio en distintas comunas de la capital.
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El establecimiento del Estado de Emergencia por parte del Gobierno significó entregar la responsabilidad de la seguridad pública al Ejército, que de inmediato inició los patrullajes por las calles de mayor compromiso en los hechos violentistas.
Principalmente, las estaciones de Metro, la plaza de Maipú y la rotonda de Avenida Grecia fueron algunos de los focos más afectados por los hechos desatados anoche. El centro maipucino sufrió los efectos incendiarios más fuertes de los ataques, e incluso una comisaría móvil de Carabineros terminó convertida en cenizas. Mientras tanto, en la rotonda de Grecia se concentró la quema de al menos siete buses del transporte público, que fueron devastados por las llamas y cortaron el tránsito nocturno por esa zona de la ciudad.
Otros de los episodios más lamentables y condenables fueron los saqueos ocurridos cerca de la medianoche en un supermercado de Santa Rosa y otro de La Florida, donde descerrajaron las cortinas de los establecimientos y los asaltantes huyeros con pantallas de TV y aparatos electrodomésticos.
En el recuento del viernes violento también destaca el incendio, aparentemente intencional, en un sector del edificio corporativo de la compañía Enel, en calle Santa Rosa.
