Los equipos comunicacionales de las altas autoridades son nutridos y bien pagados, pero varios de sus integrantes deben estar actualizando sus currículos porque el manejo de la mayoría de los políticos de gobierno durante la crisis ha sido vergonzoso.
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La bola de nieve partió el 8 de octubre luego del alza de los 30 pesos del metro. El ministro de Economía, Juan Fontaine, que se mueve por la capital en un auto fiscal con chofer, dijo: “Se ha abierto un espacio para que quien madrugue pueda ser ayudado con una tarifa más baja”, dado el menor valor del horario valle.
Sus palabras recordaron cuando en julio el entonces subsecretario de Redes Asistenciales, Luis Castillo, dijo que algunas personas deciden ir de madrugada a los consultorios no sólo para atenderse, sino también para tener un espacio de “reunión social”.
Castillo se tuvo que ir para la casa por su comentario; Fontaine aún sigue en el cargo mientras el país se desangra.
El senador Manuel Ossandón opinó sobre el asunto que «parece que Juan Andrés Fontaine vive en otro país si dice que la gente tiene que levantarse más temprano». Y catalogó su frase como «la gota que rebalsó el vaso» en el conflicto.
El mismo día del comentario del ministro de Economía, su par de Hacienda, Felipe Larraín, se refirió al resultado del IPC que anotó una variación mensual de 0% en septiembre. «A los románticos: han caído las flores… a los que quieran regalar flores este mes», declaró, mientras que para muchos el costo de la vida hace casi imposible llegar a fin de mes.
«Decisión establecida»
Cuando comenzó la evasión de parte de los escolares la ministra de Transportes, Gloria Hutt, no se explicaba su molestia porque la tarifa de los estudiantes “no tuvo modificación”, como si los jóvenes no tuvieran padres que pagan pasajes.
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Luego de cuatro días de evasiones, cuando las protestas comenzaban a masificarse, la ministra descartó una rebaja en las tarifas de pasajes: “Hay una decisión que ya está establecida”.
En la misma línea agregó que los precios, “dependen de la política que cada país tenga respecto a subsidiar, y el nivel de subsidio que nosotros entregamos es comparable a una gran cantidad de países del mundo desarrollado. Cada país tiene su estructura de costo, realmente es inadecuado comparar directamente, son situaciones completamente diferentes».
Luego de la primera noche de manifestaciones el presidente le quitó el piso a la ministra y mandó el proyecto de rebaja del pasaje, que ya fue aprobado. Hasta el cierre de esta edición Hutt seguía en el cargo.
Pizza
El viernes las protestas se masificaron y comenzaron los saqueos. Mientras eso sucedía, y la gente tenía problemas para volver a su casa, el presidente Piñera fue captado por alguien que le tomó una foto mientras comía pizza en un restaurante de Vitacura en la celebración del cumpleaños de uno de sus nietos.
Luego de la celebración volvió a La Moneda, pero la imagen de un mandatario desconectado de la realidad quedará para siempre, tanto así que un diario italiano publicó una nota con fotos de Santiago en caos con el título: «Chile arde en llamas mientras el presidente come pizza”.
La guerra de Piñera
Posiblemente el peor error comunicacional del gobierno lo cometió el presidente el domingo cuando dijo, y luego insistió, que “estamos en guerra contra un enemigo poderoso, que está dispuesto a usar la violencia sin ningún límite”.
La frase «no estamos en guerra» se convirtió en la consigna de las manifestaciones que fue coreada en las marchas y compartida por redes sociales miles de veces. Pero fue el general a cargo de Santiago, Javier Iturriaga, quien le dio el tiro de gracia a Piñera cuando dijo que «soy un hombre feliz y la verdad es que no estoy en guerra con nadie». Luego le militar intentó explicar que no dijo lo que dijo, pero ya era demasiado tarde.
Alienígenas
Hay una frase que dice: «Éramos muchos y parió la abuela», y en algo así se convirtió el audio privado que se viralizó de Cecilia Morel, quien confió en sus amigas y les mandó un audio de WhatsApp que alguien divulgó. Sus palabras son una invitación al miedo y la alarma pública.
«Amigas, yo creo que lo más importante es tratar de nosotros mantener la cabeza fría, no seguir calentándonos, porque lo que viene es muy, muy, muy grave”, dijo.
Luego explicó que “adelantaron el toque de queda porque se supo que la estrategia es romper toda la cadena de abastecimiento, de alimentos, incluso en algunas zonas el agua, las farmacias, intentaron quemar un hospital e intentaron tomarse el aeropuerto, o sea, estamos absolutamente sobrepasados, es como una invasión extranjera, alienígena, no sé cómo se dice, y no tenemos las herramientas para combatirlas”, advirtió.
«Por favor, mantengamos nosotros la calma, llamemos a la gente de buena voluntad, aprovechen de racionar la comida, y vamos a tener que disminuir nuestros privilegios y compartir con los demás», concluyó Morel.