Las imágenes de las tanquetas en la calle, los militares caminando por la Alameda y las filas que crecieron desde el viernes pasado, no dejan a nadie indiferente. El estallido social dejó los pies en la calle durante el fin de semana. ¿Cómo afecta estas situaciones que para muchos son demasiado familiares? Hablamos con académicos expertos en diferentes áreas para poder entender cómo funciona de manera fisiológica y sociológicamente la memoria emotiva.
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El año 73 se rompió un vínculo en los círculos más cercanos de la gente. Y en relación a esto Octavio Avendaño, académico de la Universidad de Chile y sociólogo menciona cómo este vínculo es una de las principales cosas que vuelven a la memoria colectiva de las personas cuando se enfrentan a militares en la calle, filas para comprar pan y constantes sonidos de helicópteros.
Desde la Asociación Chilena de Estrés Traumático llamaron a ser precavidos con la cantidad de violencia que vemos o somos parte. La presidenta de la asociación y académica de la Universidad de Talca, Nadia Ramos comenta sobre la exposición a la violencia: “Cuando colocan los audios o imágenes de como las personas están agrediéndose unas a otras, las personas tienen que saber si eso acontece, ellos pueden apagar el televisor porque en ese momento ya dejan de informarse de lo que está ocurriendo y se exponen a violencia y nosotros sabemos que la violencia es uno de los principales motores de trauma”.
Andrés Fresno, psicólogo, académico de la Universidad de Talca y vicepresidente de la Asociación Chilena de Estrés Traumático recalca como puede reavivar ciertos recuerdos la situación actual chilena y agrega: “Se revive la experiencia traumática, los recordadores, ver militares en la calle, las noticias, los saqueos, las filas, van a reactivar recuerdos asociados a sus experiencias traumáticas pasadas”
El doctor Rodrigo Gillibrand, psiquiatra de la Universidad de Chile, comenta: “Se puede causar una reactivación de los síntomas traumáticos. Son secuelas que pueden durar mucho tiempo, sobre todo cuando no hay un reconocimiento real de lo que pasó”.
