La situación en Bolivia es compleja por el descontento social que provocó la primera vuelta electoral en donde se impuso Evo Morales por una diferencia que le permitiría continuar en el poder durante un cuarto mandato.
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El problema es que los recuentos de votos se detuvieron el día de la elección, la noche del domingo 20 de octubre, cuando habían sido contados el 83% de los sufragios y la distancia entre el presidente y Carlos Mesa hacía prácticamente inevitable una segunda vuelta, ya que Evo estaba lejos del 10% de ventaja necesario para que ganara sin necesidad de balotaje.
Veinte horas después el servicio electoral boliviano entregó más resultados, y sospechosamente ahí Morales logró ganar ante el escepticismo de los organismos internacionales que fiscalizaban la elección, y sobre todo de Mesa, quien desconoció los resultados.
La agitación social comenzó entre los partidarios del entronizado presidente y los del candidato que ocupó el segundo lugar. El miércoles 30 de octubre dos personas murieron en enfrentamientos entre adherentes y detractores de Evo.
Durante el pasado fin de semana las violentas protestas disminuyeron por la conmemoración de los difuntos, pero hoy volvieron con bloqueos de carreteras en todo el país y un paro total en Santa Cruz, la capital de la oposición al presidente.
Ultimátum
El dirigente del Comité Cívico de Santa Cruz, Luis Fernando Camacho, le dio un ultimátum a Morales para que renuncie antes de hoy a las 19.00 locales, o de lo contrario anunció que las protestas se incrementarían hasta obligar su salida. Además se presume que podrían ocupar sedes regionales de entidades y empresas públicas del país.
Camacho incluso se dio la autoridad para proponer a una reemplazante provisional del presidente, mientras se realiza una nueva elección. Dijo que la jueza del Tribunal Supremo de Justicia, María Cristina Díaz, podría estar a cargo del país durante ese proceso, y declaró sobre Morales que “vamos a sacarlo con un pueblo movilizado en las calles sin una sola bala”.
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Al baile, y sin que alguien lo invitara, se metió Nicolás Maduro. El dictador venezolano declaró que “le dije a Evo: ‘a mí me han dado este año como diez ultimátums¡’. Maduro, 24 horas, te vas o te tumbamos. ‘Ven y túmbame pues’, le digo yo”.
En tanto Morales anunció que se reuniría con movimientos sociales que durante todos estos años lo han respaldado. “Yo dependo del pueblo, de las fuerzas sociales”, afirmó.