La policía disparó gases lacrimógenos y los manifestantes rompieron las ventanas en un centro comercial el domingo en manifestaciones antigubernamentales en todo Hong Kong, en medio de la ira por la muerte de un activista y el arresto de seis legisladores que apoyan la democracia.
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El territorio semiautónomo chino lleva seis meses de protestas, iniciadas por una propuesta para modificar la ley de extradiciones, pero que han evolucionado para incluir demandas de reformas democráticas y otras medidas.
Agentes antimotines dispararon gas lacrimógeno para despejar las calles de Tsuen Wan, en el noroeste, después de perseguir a los manifestantes en el centro comercial Citywalk.
Los manifestantes prendieron un pequeño incendio con escombros en la calle. El periódico Apple Daily informó que agentes se llevaron a cuatro hombres y una mujer sospechosos de destrozar tiendas en Tsuen Wan.
En Sha Tin, en el noreste, las autoridades cerraron una estación de metro después de que los manifestantes rompieron ventanas y dañaron una máquina expendedora de boletos.
Mientras tanto, los inconformes lloraban la muerte el viernes de un estudiante universitario, Chow Tsz-Lok, quien se cayó de un estacionamiento cuando la policía disparó gases lacrimógenos contra los que protestaban.
Las circunstancias de la muerte no están claras, pero muchos acusan a la policía de usar tácticas de mano dura, incluido el uso generalizado de gases lacrimógeno y pimienta. La policía niega haber empujado al estudiante de 22 años durante el incidente del lunes pasado o retrasar el tratamiento de emergencia.
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Esto sucede mientras el territorio se prepara para las elecciones del consejo de distrito (el 24 de noviembre) que se consideran una medida del sentimiento público hacia el gobierno. Legisladores en favor de la democracia acusan al gobierno de provocar la violencia para justificar la cancelación o el aplazamiento de los comicios.
Más de 3.300 personas han sido arrestadas desde que comenzaron las protestas. Los activistas exigen también la renuncia de la líder Carrie Lam.
Las movilizaciones ya están afectando a la economía de Hong Kong, territorio que de por sí estaba batallando con la desaceleración económica mundial y la guerra arancelaria entre Estados Unidos y China.