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Virus mortal para mamíferos marinos avanzó entre Alaska y Rusia por el cambio climático

Científicos relacionaron la disminución del hielo en el Ártico con el moquillo Phocine.

Los efectos del cambio climático se hacen más evidente en el planeta. Una nueva investigación vincula la disminución del hielo en el Ártico con un virus mortal para los mamíferos en el Océano Pacífico norte.

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La investigación, publicada en la revista Scientific Reports, sugiere que el deshielo abrió dos nuevos canales que unen los océanos Atlántico y Pacífico, entre Rusia y Alaska. Producto de ese contacto entre especies proliferó el moquillo Phocine (PDV, por sus siglas en inglés).

Este virus habría sido detectado, por primera vez, en 1988, cuando se reportó la muerte de miles de focas. Su trayectoria ha sido analizada por los científicos durante 15 años. En 2002 y 2004 se registraron nuevos brotes, pero en este caso mató a nutrias marinas del norte de Alaska.

El virus Phocinem se extendió entre Alaska y Rusia matando miles de mamíferos marinos.

Para la autora principal del estudio, Tracey Goldstein, fue una sorpresa que la enfermedad se presentará en diversas especies y en océanos diferentes.

La directora asociada de One Health Institute de la Facultad de Medicina Veterinaria de la Universidad de California revela que este dato fue clave para considerar el cambio climático como causa.

“La salud animal, la salud humana y la salud ambiental están muy vinculadas, si una se deteriora, el resto también”, sentenció.

Revertir el cambio climático

El estudio encontró los brotes ocurren entre cinco y diez años y, generalmente, cuando el hielo está en su punto más bajo. Como ejemplo, Goldstein asegura que la exposición al virus fue más alta en 2003 y 2009, en ambos casos se dieron récords mínimos en el nivel del hielo marino.

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Durante la investigación tomaron muestras nasales y de sangre de más de 2.500 focas, leones marinos Steller y nutrias marinas del norte que viven en la zona afectada.

Estima que hasta el 50% de la población de las focas comunes europeas murió en los primeros dos brotes; pero no puede dar una cifra total de todas las especies debido a lo remoto del territorio de estudio.

Goldstein asegura que eliminar el virus podría ser una tarea imposible, pero apela a la conciencia del ser humano. Pues reducir la huella de carbono global podría disminuir los efectos del cambio climático.

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