Son más de 23 días de manifestaciones tras el estallido social en que los ciudadanos han salido a las calles a exigir un cambio no sólo en la Constitución, sino en las condiciones de vida que existen en el país.
PUBLICIDAD
En las redes sociales han aparecido miles de historias que reflejan el sentir y el fondo de una protesta transversal y que no nació de ningún movimiento político.
Y en medio de esas manifestaciones, varias iniciativas ciudadanas, además de personajes icónicos han surgido y una de ellas es la idea de renombrar Plaza Baquedano como Plaza de la Dignidad.
Pero cómo nació la idea, sólo como eso, como una idea plasmada en un lienzo por un grupo de amigos, que vieron que la dignidad era la palabra que más se repetía en los gritos, los golpes de ollas y los carteles que se hacían presentes en el lugar.
Así lo reconoce, Marco Velarde, uno de los impulsores de la idea y uno de los que llegó el pasado 18 de noviembre a instalar el lienzo donde se cambiaba de manera simbólica el nombre al reconocido punto de encuentro capitalino.
«El pueblo está en la calle pidiendo dignidad»
«Más que haber inventado algo vimos que algo movía a la gente y a nosotros, que era pelear por la dignidad», dice Marco a Publimetro.
PUBLICIDAD
«No hay maximalismo, estamos pelando por la dignidad del pueblo chileno», dice recordando que tras varios días asistiendo a las manifestaciones notaron que a nadie le hacía sentido el nombre de Plaza Italia o Plaza Baquedano, porque no era representativo «de lo que estaba viviendo Chile».
Aunque pese al recibimiento que tuvieron, reconoce que «no pensábamos que se lo iban a apropiar de tal manera».
Sobre ese recibimiento, Marco comenta que aunque ha habido resistencia de las autoridades ante la idea de cambiar el nombre del lugar, gracias a las tecnologías, esperan poder seguir cambiando el nombre tal como se hizo a través de Google Maps, porque «ha sido algo bien significativo».
La idea del lienzo incluso ha ido más allá, ahora que desconocidos han ido a instalar placas en la estatua de Baquedano, para de alguna manera «renombrar» oficialmente la plaza.
Una idea que Marco espera se siga repitiendo, ahora que están convocando a las personas a llevar su placa -sin importar el material- sus cucharas de palo, sus ollas con las que se han manifestado estas semanas, para que el nombre de «Plaza de la Dignidad» refleje realmente este nuevo Chile.
Sobre la situación que ahora enfrenta el país, donde el mundo político se ha abierto a modificar o cambiar la constitución, el joven dice que estamos en el momento en que «necesitamos que los políticos hagan su pega y respeten la demanda de las mayorías».
«Lo que la gente quiere en las calles es decidir por ellas misma, que influya su opinión», manifiesta.
«La propuesta de la calle es participar en la construcción de nuestra carta constitucional, nosotros decidamos que constitución queremos», agrega.