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¿Y la agenda social? Analistas llaman a no olvidarla pese a los avances con la Constitución

Definir cuál es el camino correcto, en el delicado escenario que atraviesa el país, es complejo. Pero si hay un punto que debe ser destacado es que la “Nueva Constitución” es solo una de las aristas que hoy tienen a la población en las calles.

«Estamos en crisis» puede ser una de las frases más repetidas por diversos analistas políticos y académicos en las últimas semanas. En la discusión parlamentaria de esta semana la prioridad ha sido la «Nueva Constitución». Sin embargo, la gran piedra de tope ha sido la fórmula.

¿Y la agenda social? Ha pasado a un segundo plano, pese a ser la mayor motivación de quienes se manifiestan en las calles. Germán Silva, analista político y académico de la Universidad Mayor señala que esto se debe a que «está en riesgo la institucionalidad y nuestra democracia».

Un punto delicado

El académico cree que quedan pocas salidas: o se logra un acuerdo o renuncia el Presidente o hay una intervención militar. «Se llegó a un punto delicado y si los parlamentarios siguen con el comportamiento infantil de velar por sus sectores antes que velar por el país, esto será grave», añade.

El académico destacó el rol de Mario Desbordes, quien paradójicamente, «ante un desbordado escenario, movió a RN aún más hacia el centro para tratar de construir este acuerdo para construir la nueva constitución con un plebiscito de entrada y uno de salida».

Paso a paso

Sobre la posibilidad de retomar luego la agenda social, Silva cree que lo harán a medida que esto avance. «Recordemos que tanto Desbordes como Ossandón eran de los pocos políticos que ya tenían ese sello social, sobre todo Ossandón. Pero la prioridad ahora es rescatar la democracia y esperemos que los parlamentarios lo logren lo antes posible», agregó.

La socióloga de la Universidad Central, Nicole Tornel, concuerda con el diagnóstico y agrega que luego sería necesario «trabajar en una agenda social real, que sume los temas de la clase media como el ‘No + AFP’, el CAE, entre otros. Pero no puede ser con subsidios, porque eso finalmente sale del bolsillo de la gente».

En este sentido, Silva agrega que desde el empresariado ya varios han dicho «estar dispuestos a dar hasta que duela» y le llama la atención que el gobierno no haya aprovechado esa oportunidad.

«Tomará años»

Tornel por su parte agrega que el modelo debiese acercarse más a un Estado de bienestar y que todo esto, incluida la Constitución, debiese considerarse como un árbol que crece en conjunto «porque tomará años».

El trabajador social y académico de la UTEM, Cesar Arellano señala que «la población mas desprotegida si bien necesita soluciones urgentes, quienes salieron a manifestarse no fue precisamente ellos, mas bien fue la clase media trabajadora, con cuyo esfuerzo debe pagar las alzas que a diario se producen en los alimentos, los combustibles, los artículos de primera necesidad, la movilización, etc».

Clase media

«Esa es la ciudadanía que se reúne en la plaza Ñuñoa y plaza Baquedano, esas familias que por su condición y puntaje social no le alcanza para acceder a los beneficios sociales que el Estado otorga ni puede acceder a los privilegios de las clases mas acomodadas. Si hubiere una agenda social II dirigida a esa clase media trabajadora el mejorar los costos de su vida diaria, beneficiarían directamente a los ciudadanos que participan en estas movilizaciones», agregó.

¿Será la constitución la respuesta para disminuir las movilizaciones? Los tres concuerdan en que «aportaría» pero que eso, por si sólo, no responde a lo que las personas están pidiendo a gritos en las calles.

 

 

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