En un juicio histórico un tribunal argentino dará a conocer el lunes la sentencia a dos sacerdotes acusados de múltiples abusos sexuales de menores sordos por los que podrían recibir hasta 50 años de prisión cada uno.
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El cura italiano Nicola Corradi, de 83 años, y el argentino Horacio Corbacho, de 59, escucharán el 25 de noviembre el fallo condenatorio o absolutorio dictado por un tribunal penal de la provincia de Mendoza tres años después de que el escándalo por los supuestos hechos de pederastia sacudiera Argentina, la tierra natal del papa Francisco.
El tribunal también dictará sentencia al laico argentino Armando Gómez, de 48 años, a quien le podrían tocar 30 años de prisión.
La fecha fue dada a conocer el miércoles por el Poder Judicial de Mendoza, unos 1.100 kilómetros al noroeste de Buenos Aires, luego de que finalizara la etapa de alegatos en el juicio que comenzó a principios de agosto.
Los tres procesados están imputados de 25 hechos de abuso sexual agravado, abuso simple y corrupción de menores cometidos entre 2004 y 2016 a alrededor de una decena de alumnos del Instituto Antonio Próvolo para niños sordos y con problemas de audición de la localidad mendocina de Luján de Cuyo.
Reiterado
Las denuncias generaron un escándalo mayúsculo que se intensificó luego de saberse que Corradi ya había sido señalado por supuestos delitos similares en el Instituto Antonio Próvolo de Verona, Italia, y que el papa había sido notificado que el religioso dirigía un centro similar en Argentina.
Los abogados querellantes pidieron 50 años de cárcel para Corradi, quien dirigía el instituto, y para el otro religioso y 30 años de prisión para Gómez, quien realizaba tareas de jardinería. En tanto, la fiscalía solicitó una pena de 45 años para cada uno de los curas y 22 años y medio para el jardinero.
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Los defensores consideraron que los relatos de las víctimas son inverosímiles y solicitaron que se declare nulo el proceso.
Corradi está con prisión domiciliaria por su avanzada edad, mientras que Corbacho y Gómez están confinados en una cárcel de la capital mendocina.
Los ex alumnos del Próvolo mendocino creen que pueden lograr la primera condena de cárcel para clérigos de esa institución católica que tiene sedes en distintas partes del mundo.
Por otro lado, lamentan que el papa no haya hecho comentarios públicos sobre los vejámenes que dicen haber sufrido y le exigen que despoje del estado sacerdotal a los supuestos abusadores en el marco del proceso canónico que se les sigue desde hace meses.
Este es el primero de una serie de juicios a los que serán sometidos otros exintegrantes del colegio, que ha sido clausurado.
El laico Jorge Bordón, que trabajó como administrativo en el instituto, admitió su culpabilidad en 2018 en un juicio abreviado y fue condenado a 10 años de prisión por violación, abuso simple y corrupción de menores al forzarlos a mantener relaciones entre ellos.
El caso golpea las puertas del Vaticano cuando el papa ha promulgado nuevas normas para combatir el abuso en la Iglesia. Muchos en Argentina se preguntan por qué Francisco no removió a Corradi como autoridad del Próvolo de Mendoza tras ser advertido sobre las denuncias en su contra en Verona.
El sacerdote italiano fue señalado por delitos similares supuestamente cometidos desde la década de 1950 en el instituto de esa ciudad italiana. Su nombre apareció en una carta dirigida al papa en 2014 en la que supuestas víctimas italianas mencionaron a varios presuntos curas abusadores que seguían ejerciendo el ministerio y en la que le hacían notar que Corradi estaba en Argentina.