Espacios colaborativos de trabajo es una tendencia cada vez más extendida en el ecosistema emprendedor. Empresa pequeñas o que recién parte que no cuentan con oficinas, arriendan espacios para sus reuniones de negocio.
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Esto se conoce como cowork, y experiencias y empresas enfocadas en este negocios hay hartas, aunque hay un matrimonio chileno que apuesta por algo diferente. “Conocíamos y habíamos visto incipientemente el concepto en Chile hace un par de años, pero cuando vivimos en Nueva York del 2017 al 2019 vimos que no era solo una moda sino una macrotendencia”, cuenta Emilio Segreste, cofundador ZupWork.
Junto a su señora Valentina Pardo, ambos ingenieros comerciales, comenzaron a idear su apuesta estando en la ciudad estadounidense, luego de un mal momento que pasó él. Se estaba deprimiendo trabajando encerrado en su casa y decidió salir a cafés, pero era todo muy caro y la señal de internet no era buena. Así partió un periplo por diferentes lugares, pero nada servía.
“Un día un amigo me dijo que habían unos nuevos tipos de espacio de cowork y me dijo que vayamos a verlos. Llegamos a un restaurante y pensé que nos habíamos equivocado de lugar. El restaurante no estaba operando como tal, pero estaba abierto el espacio para que la gente trabajar”, cuenta Segreste, quien añade que volvió a su casa y le comentó esto a a Valentina. “Lo primero que me dijo fue ‘pero por qué no hacemos eso en Chile’”, expresa.
Ese fue el punto de partida de ZupWork, modelo de cowork que utiliza espacios como bares, restaurantes que en el día tienen espacios subutilizados o están completamente cerrados, ya que operan solo de noche, para abrirlos a emprendedores y trabajadores freelance.
Segreste afirma que la apuesta fue desarrollándose relativamente rápido. De ser una idea en julio de 2018, pasó por un curso de incubación en Columbia, se ganaron el Capital Semilla de Corfo en noviembre de ese año y abrieron su primer local en febrero de 2019.
“Durante los primeros meses de operación nos enfocamos en entender bien cómo podíamos maximizar el valor que le entregamos tanto a los restaurantes como a nuestros clientes. Pasamos muchas experiencias buenas y malas que nos han ido enseñando cómo atraer más gente a los restaurantes y qué es lo que la gente realmente quiere en un espacio de trabajo”, explica.
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En ese sentido, sostiene que ofrecer el internet y el café son cosas fáciles de solucionar pero la comunidad no. “La comunidad requiere trabajo, requiere crear un ambiente propicio para que la gente converse, se conozca y se sienta parte de algo. Y esto de a poco lo hemos ido logrando”, apunta.
En tanto, por el lado de los restaurantes, cuenta que han ido buscando distintas formas de colaborar. «Hacemos eventos tanto a la hora de almuerzo como en las tardes, los cuales atraen a mucha gente de los cuales muchos se quedan a comer. Ofrecemos descuentos a nuestros miembros, nuestras campañas de marketing online siempre busca potencial al restaurante y así”, asegura.
¿Pero qué los diferencias de otras iniciativas similares de empresas más grandes a nivel mundial? “A diferencia de WeWork y otros coworks tradicionales, nuestra principal diferencia es el precio”, afirma Segreste, mientras que respecto de la apuesta de un conocido banco, dice que “ofrecen una solución muy buena, pero hablando con los usuario nos dimos cuenta que faltaban cosas. Por ejemplo en nuestros espacios sí puedes llevar snacks y comida de afuera, siempre tendrás espacios para sentarte con un enchufe cerca, nuestro wifi no tiene internet restringido y finalmente nuestro café y snacks están incluidos en el precio de los pases”, puntualiza.
Apuesta por la integración
Este matrimonio afirma que su apuesta es por la integración, idea que coincide el momento que vivie el país. “Nuestra visión desde un inicio ha sido crear una ciudad más justa desde el acceso al trabajo. Queremos acercar los espacios de trabajo a la gente y ofrecer precios accesibles, y con esto fomentar la vida de barrio, la comunidad y todas las sinergias que pueden surgir de esto”, subraya Segreste.
Y así planean seguir creciendo y están mirando comunas como la Florida, Maipú o San Miguel para extender su modelo. “La contingencia nacional sólo ha reforzado nuestra misión, apoyando tanto a locales que han visto disminuidas sus ventas así como a personas que se les está haciendo muy difícil transportarse”.
Esperan abrir dos locales más en los próximos tres meses. “Queremos ubicarnos en sectores clave de la ciudad y también poder llevar la experiencia del cowork a sectores que lo necesitan y no han sido tomados en cuenta”, asegura.