Evo Morales. Presidente de Bolivia de 2006 a 2019
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El 11 de noviembre, el hombre de 60 años aceptó los llamados militares para su renuncia, tras los disturbios en el país provocados por las disputadas elecciones generales en las que Morales fue declarado vencedor con el 47.08 por ciento de los votos. El primer presidente indígena de Bolivia recibió asilo político en México.
Adel Abdul Mahdi. Primer Ministro del Iraq de 2018 a 2019.
Después de semanas de violentas protestas que exigían empleos, el fin de la corrupción y la mejora de los servicios públicos, Mahdi, de 77 años, anunció el 29 de noviembre que renunciará a su cargo. Según las estadísticas, más de 400 personas han muerto durante los disturbios en el país.
Saad Hariri. Primer Ministro del Líbano de 2016 a 2019.
El 29 de octubre, Hariri, de 49 años, anunció su renuncia y la de su gabinete, tras dos semanas de protestas masivas provocadas por la incapacidad del gobierno para encontrar soluciones a la crisis económica del país. Inicialmente se desencadenaron disturbios en el Líbano debido a los impuestos previstos sobre la gasolina, el tabaco y las llamadas telefónicas en línea, por ejemplo, a través de WhatsApp.
Ricardo Roselló. Gobernador de Puerto Rico de 2017 a 2019.
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Roselló, de 40 años, renunció el 2 de agosto tras las protestas desatadas por el llamado escándalo del Telegramgate, que supuso la filtración de cientos de páginas de un chat grupal sobre la aplicación Telegrama entre Rosselló y miembros de su equipo.
Los mensajes fueron considerados vulgares, racistas y homofóbicos. La discusión también incluyó la operación de las redes de trolls de Internet en los medios sociales y bromas sobre personas que habían muerto durante el huracán María.
Theresa May. Primer Ministra del Reino Unido de 2016 a 2019.
El 24 de julio, la mujer de 63 años renunció a su cargo de Primer Ministro, tras un fracaso en alcanzar un acuerdo sobre las negociaciones de Brexit con la Unión Europea que provocó múltiples protestas en el país.
Preguntas y respuestas con…
Fabio Guillermo Rojas
profesor de sociología en la Universidad de Indiana Bloomington, EE.UU.
Muchos líderes políticos han renunciado este año.
– Los líderes políticos suelen dimitir porque su posición ya no es sostenible. Tal vez sus seguidores han perdido la fe o un líder rival está a punto de presionar por el poder. Los líderes también renuncian cuando las protestas perturban su imagen pública. Nadie quiere ser visto como una persona que no puede mantener el orden. Para los activistas, la renuncia de un líder es a menudo vista como una señal de la credibilidad y el éxito del movimiento.
Por ejemplo, en Estados Unidos siempre hay algunos demócratas que exigen la renuncia de todos los líderes republicanos. Del mismo modo, algunos republicanos exigen la renuncia de cualquier líder demócrata. Los manifestantes tienen sus propias afiliaciones políticas. A menudo exigirán la renuncia de los líderes de la otra parte. Así, la gente lleva su partidismo «a la calle». La protesta callejera es a menudo una reunión de un partido político.
Pero las protestas continúan a pesar de la renuncia de varios líderes políticos. ¿Por qué es eso?
– Hay dos razones. Una es que las cuestiones subyacentes no han cambiado. Una segunda razón es partidista. Mientras el partido opuesto esté en el poder, algunas personas querrán protestar. Las protestas políticas a menudo reflejan una serie de procesos: la continuación de las políticas a las que la gente se opone y la presencia de líderes controvertidos.
¿Las protestas de 2019 tenían algo en común?
– Hemos visto una increíble variedad de protestas en 2019. Hemos visto protestas anticomunistas en Hong Kong y protestas antigubernamentales en Ecuador. Vemos protestas contra el cambio climático en Estados Unidos y Europa y hemos visto levantamientos religiosos en Irak. Tal vez lo único que se pueda decir de estos eventos tan diferentes es que la gente está hablando y ya no se trata de «lo mismo de siempre».
¿Podría haber más renuncias de alto nivel este año?
– Las dimisiones son realmente difíciles de predecir. Desde afuera no se puede observar la política interna de un gobierno. Un líder puede estar a punto de caer y las protestas son «la gota que colma el vaso». En otros casos, los líderes inteligentes usarán las protestas para verse mejor. Tampoco podemos predecir el éxito de una protesta. Algunas protestas son eventos de corto plazo, mientras que otras son campañas bien organizadas y de largo plazo.
