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La conquista del “Plan Dignidad”: así se fraguó la victoria contra el subcontrato que lograron las trabajadoras del aseo y guardias de la Usach

En medio de las demandas sociales, la Usach corrió la línea. Se terminan los contratos externos y las “tías del aseo” y los guardias ganarán más de 400 mil líquidos, además de los beneficios de ser empleado público. Las protestas fueron clave en dar el paso.

Congelar $30 del transporte público por acá, aumentar $20 mil de la jubilación por allá. Es la quinta semana desde que el estallido social en Chile comenzó y ese tipo de medidas del Gobierno son, en parte, culpables de que el descontento esté lejos de menguar. Pero aunque La Moneda aún no se ponga en sintonía, sí hay luces de esperanza desde otros sectores.

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En esa línea, este lunes la Universidad de Santiago oficializó un acuerdo que luce como histórico: una universidad estatal le pondrá fin, sin medias tintas, al subcontrato.

La lucha data de casi una década atrás en el recinto de Estación Central. Eso sí, tanto los sindicatos como la Vocalía Laboral de la Usach, coinciden en un factor que destrabó la eterna lucha de las «tías del aseo»: el estallido social en Chile.

«En el acuerdo influyen muchas cosas, pero es innegable la importancia de la movilización nacional que se está llevando acabo (…) ha generado condiciones de organización de trabajadores, de estudiantes, de la ciudadanía, de todos, para exigir demandas que tienen que ver con calidad de vida y la dignidad», dijo a Publimetro Alina Quilodrán, de la Vocalía Laboral.

Son cerca de 300 trabajadoras del aseo que se desempeñan para empresas externas en la universidad. Las mismas, este 2 de enero pasarán a ser funcionarias públicas de planta. Económicamente es significativo: pasarán de ganar $301 mil brutos, a una línea que superará los $400 mil líquidos. Simbólicamente, aún más: dejarán su logo de la empresa privada por el escudo del león de la Usach, además de recibir todos los beneficios subyacentes de ser un empleado público.

«Segunda categoría»

El acuerdo se fraguó el pasado jueves, y para María Díaz, presidenta del sindicato, será un día que difícilmente olvidará. «Cuando lo confirmaron fue un llanterío increíble, muchas no lo podíamos creer», confiesa. «Esto es parte del desborde de todo lo que está pasando en el país. Es una lucha de años, donde los estudiantes nos acompañaron muchísimo», continúa.

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El caso de Díaz es simbólico porque lleva 19 años trabajando en la Usach, todos ellos para empresas externas. «Históricamente hemos sufrido varios abusos: laborales, acosos de las empresas, malos tratos, descuentos injustificados y despidos porque sí. Lo que nosotras ganábamos eran sueldos de hambre, el mínimo, porque no hay otra manera de definirlo. Para nosotras más de $400 mil líquidos es un cambio increíble, más todas las garantías».

La dirigenta indica que el 90% de las trabajadoras son mujeres. Gran parte de ellas corresponden a la tercera edad, que con su sueldo se dedican a ser cuidadoras de familiares. Sin embargo, y a pesar de que el aumento de sueldo no cure todas sus incertidumbres, sienten que al fin «dejarán de ser trabajadoras de segunda categoría».

Y hay otra pata. Para hacer cumplir las exigencias de un funcionario público, la universidad y los estudiantes sellaron un acuerdo formal para la nivelación de estudios hasta cuarto medio de las funcionarias, cuyo grupo no menor aún no finaliza cuarto medio.

Hace varios años, se fundó la Escuela Popular de Trabajadores, que no es otra cosa que estudiantes de pedagogía y otras carreras para entregar los conocimientos necesarios para nivelar su nivel educativo al personal que lo requería. Con el acuerdo, la Universidad, a través de un colegio adjunto, facilitarán clases los días sábados para convalidar vía exámenes sus estudios.

«Es muy necesario nivelar los estudios, sino esto más que un colador, pasa a ser un corta cabezas para que ingresan a planta», explicó Quilodrán.

El camino de jardineros y guardias

La carta de compromiso firmada ayer entre rectoría y las funcionarias de aseo es el punto de partida para un proceso de dos años. Prontamente, serán los casi 150 trabajadores de jardínes y 90 guardias los que pasarán a ser de planta, según afirma la Vocalía Laboral Usach.

Daniel Romero, presidente del recién fundado Sindicato de Guardias Usach, y trabajador hace más de 3 años, dice que «esto es un cambio grande para nosotros. Más que laboral, es algo nuevo en dignidad. Se nos vienen mejores cosas. Si un guardia sufre algún accidente, no tiene derecho al centro médico de la universidad. En el futuro sí lo tendremos, junto a muchas cosas más».

Para ellos, «esperanza» es lo que resume este proceso. «Ya no recibiremos malos tratos por el solo hecho de ser guardias, se nos va a mirar de otra forma. Aquí uno dimensiona las demandas que exige la ciudadanía en todo el país», dice Romero. Los guardias deberían pasar a planta cuando termine la licitación de su actual empresa, a eso de septiembre de 2021. Entre medio, debería ocurrir lo mismo con los jardineros, según cuentan los sindicatos y la Feusach.

Ambos sindicatos celebraron ayer la firma del compromiso en el Aula Magna junto al rector Juan Manuel Zolezzi, quien confirmó que el estallido social fue el último empujón para el acuerdo. «Como universidad estatal y pública hoy damos un gran paso, honrando nuestro sello social e inclusivo (…) Los acontecimientos del último mes destacaron la frase “hasta que la dignidad se haga costumbre”; expresión que en lo personal me marcó y que nos lleva a replantearnos el aporte que hacemos».

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