La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) condenó el “uso excesivo de la fuerza» por parte de las policías en las manifestaciones sociales, manifestando además su preocupación por las denuncias de violación a los derechos humanos, conductas que serían repetitivas, acotaron.
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Estas son en líneas gruesas las conclusiones que emitió el organismo en una declaración pública, donde destaca que recibió informaciones de “hechos de violencia sexual, tortura y tratos crueles, inhumanos y degradantes en el contexto de las detenciones”.
En base a ello, relata el CIDH, decidió instalar una “Sala de Situación de Coordinación y Respuesta Oportuna e Integrada” (SACROI) para monitorear la situación de derechos humanos en Chile.
Ene el documento, la entidad valora las declaraciones del Presidente de la República, quien el 17 de noviembre “señaló que, en el contexto de las protestas sociales, se vulneraron derechos humanos y hubo un uso excesivo de la fuerza por parte de las fuerzas de seguridad del Estado en algunos casos”.
El CIDH detalla los datos respecto de fallecidos, heridos y de personas con traumas oculares por el impacto de perdigones o bombas lacrimógenas de Carabineros.
Asimismo, hace referencia en su declaración al trabajo que lleva adelante el Ministerio Público, aludiendo además a los informes del INDH y la Defensoría de la Niñez.
La SACROI de la CIDH indica que ha recibido información sobre un “uso desproporcionado de la fuerza sin distinguir entre quienes participaban de las manifestaciones y quienes no, habiéndose incluso registrado lesiones a personal de observación del INDH, defensores y observadores de derechos humanos, así como de personal que ejercían labores de auxilio y asistencia médica que portaban su vestimenta distintiva”.
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En este aspecto, puntualiza en el joven que murió mientras era reanimado tras sufrir un paro cardiorespitario.
“(..) un manifestante con una afección cardíaca habría muerto al no recibir atención de emergencia adecuada debido al actuar de carabineros durante dicha manifestación que afectó la debida actuación de los profesionales de la salud”.
En base a estos hechos y a los informes recibidos, la CIDH expresó su “extrema preocupación por el elevado número de personas que han sufrido traumas oculares en el contexto de las protestas sociales, como consecuencia del impacto de perdigones o bombas lacrimógenas utilizados en la dispersión de protestas por Carabineros de Chile”.
En el documento, la CIDH manifiesta su “grave preocupación por la información recibida que señala torturas y tratos crueles, inhumanos y degradantes en el contexto de las detenciones” y expresa su “alarma por la información publicada por las instituciones nacionales de derechos humanos que señala prácticas por parte de Carabineros a detenidos en las que se harían simulacros de ejecuciones, grave maltrato físico y verbal, golpizas, hacinamiento en lugares sin ventilación y vejaciones injustas a niños, niñas y adolescente, entre otros”.
El texto añade que hay alarma por «el elevado número de denuncias de abuso sexual en el contexto de las detenciones”, aludiendo a “violaciones y abusos sexuales a personas detenidas, desnudamientos forzados, sentadillas, amenazas de violación y otras formas de maltrato sexual”.
La SACROI, dice la declaración, “recibió información sobre abusos sexuales y tocamientos a niños, niñas y adolescentes (…) en algunos casos se habría golpeado reiteradamente en la zona genital con un bastón de servicio de Carabineros a niños, niñas y adolescentes, además de ser posteriormente obligados a desnudarse en la comisaría”.
Finalmente, la CIDH “insta a las autoridades de Chile a investigar con debida diligencia los referidos hechos de violencia, identificar y sancionar a los responsables e informar los resultados debidamente a la ciudadanía”.
Asimismo, “saluda el compromiso anunciado por el Presidente de la República para que estos casos sean debidamente investigados, juzgados y sancionados, así como asistir a las víctimas en su recuperación”.