Entre 700 mil y un millón de personas es el universo de feligreses católicos que tradicionalmente participa en el santuario de Lo Vásquez en la fiesta de Inmaculada Concepción, cuyas actividades de misas y peregrinación se desarrollan entre este sábado y el domingo 8 de diciembre, con operativos especiales de tránsito y un plan de seguridad policial que incluye Ley Seca -o sea prohibición de vender bebidas alcohólicas- en la localidad de Casablanca, donde se encuentra el templo.
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Para este fin de semana se anuncia cortes y desvíos de tránsito especialmente en la Ruta 68, que une Santiago con Valparaíso y que es el eje por donde se desplaza la masa de fieles que llegan a «hacer o pagar mandas» a la virgen en un ritual que se traduce en escenas de miles de hombres y mujeres llegando a pie -e incluso de rodillas- a participar del tradicional encuentro religioso.
«La fe es lo que necesita nuestro país en este momento», expresó el rector del santuario de Lo Vásquez, Andrés Valenzuela, luego que la celebración católica estuviera a punto de suspenderse para no dsitraer el recargado trabajo policial de estos días. «Con la contingencia que hay, no me cabe duda que los peregrinos también buscan rogar por la paz y por esa estabilidad que tanto necesitamos», agregó el sacerdote.
Cerca de quinientos carabineros componen el operativo desplegado en la carreteras, accesos y en el mismo templo de Casablanca donde se produce la masiva cita de fieles que acuden desde distintos puntos del país. Óscar Alarcón, prefecto de Valparaíso, explicó que la labor de Carabineros tendrá en este caso un énfasis social: «Se trata de cautelar la seguridad de los participantes de la peregrinación y de quienes llegan a la iglesia. Ustedes nos ven que estamos vestidos con nuestra indumentaria habitual y normal, acá no hay trajes para controlar manifestaciones ni nada de eso», enfatizó el oficial.