“Las partes encontradas del avión hacen prácticamente imposible que existan sobrevivientes». Esas palabras, que pronunció el comandante en jefe de la Fuerza Aérea de Chile, Arturo Merino, confirman que la operación para dar con el Hércules C-130 que se estrelló en el Mar de Drake, pasó de la ubicación y el rescate, al hallazgo de cuerpos y encontrar el por qué.
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Son varios los fragmentos que permiten asegurar con certeza que se trata del avión en cuestión. El miércoles se encontró un trozo de esponja que correspondía a un compartimento de las alas. Ayer, la Fach confirmó también el hallazgo de una parte del sistema de transmisión de combustible, la tela de la cubierta interior del avión y la rueda de repuesto del tren de aterrizaje.
La misión ahora es armar el puzzle. La fragmentación y estado de las partes hacen presumir que no hubo un intento de amarizaje, sino que un impacto violento contra el mar. Sin embargo, para tener un diagnóstico claro, hará falta que más partes sean rescatadas del océano.
Las hipótesis son muchas, pero para expertos la posibilidad de la «falla catastrófica de estructura» es la más plausible. Eso sí, no se pueden descartar averías en las turbinas de hélice, complicaciones de control por cuestiones meteorológicas, alguna falla eléctrica, fatiga de material o deficiencias en el mantenimiento de la aeronave.
El fuselaje
«Lo más probable es que el avión perdió algún elemento de vuelo, de la estructura. Lo hizo perder sustento y caer como piedra», dice Santos. «El hecho de no haberse comunicado a la torre de control, da a entender que la caída fue violenta. Una falla estructural que no dio tiempo para avisar», agrega el ex piloto Rossi.
Para los expertos, no sería raro que «fallara uno de los estabilizadores, tanto los de cola como las alas. Las superficies horizontales o alerón en el ala principal». Actualmente, son 123 Hércules C-130 en el mundo que están en revisión, debido a una alerta del fabricante por «grietas inusuales» en las alas. No obstante, la Fach confirmó que luego de la alerta descartaron que el avión presentara esa falla.
A pesar de que el Hércules sea considerado como uno de los aviones más seguros del mundo, para el ingeniero civil, el colapso del fuselaje es algo que «ya ha pasado muchas veces», incluso con alas saliendo de cuajo. Según los registros del Aviation Safety Network, desde el año 2000 en adelante han habido 34 accidentes fatales que involucran a los C-130. De ellos, al menos 5 se habrían provocado por un colapso catastrófico del fuselaje.
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Error humano
Estadísticamente, se presume que cerca del 86% de los accidentes aeronáuticos son por ‘error humano’. Pero esa posibilidad prácticamente la descarta el coronel (r) y piloto Alonso Rossi. «Los pilotos eran de primera calidad, gente con 5 mil horas de vuelo. Solo el coronel tenía 2 mil horas volando a la Antártica, hizo innumerables veces ese tramo. Aquí es muy difícil que se configure una falla humana, desde el punto de vista de la operación», indica.
Rossi indica que la antigüedad del Hércules hace imposible que ocurriera una «falla de software» que lo hiciera perder el control, como pasó con el conocido caso del 447 Air France, que terminó estrellándose en el Atlántico con más de 200 pasajeros. «No tenía tecnología de última generación, estos (C-130) tienen partes mecánicas, por lo que influye bastante la expertiz del piloto», indica.
En cuanto a condiciones meteorológicas, el día del accidente se registraron vientos bastante más débiles que lo habitual para la zona, sin tormentas de importancia ni olas gigantes. La nubosidad, por su parte, difícilmente explicaría una desorientación de la tripulación que los llevara al mar.
Motor
La falla de una o varias de las turbinas de hélice que poseía el C-130, si bien es una posibilidad cierta, no se condice tanto con como transcurrieron los hechos. Eduardo Santos, ingeniero civil y asesor de defensa, indica que en este tipo de aviones la falla de un motor permite «volar casi con normalidad. Ahora bien, podría mantenerse en el aire con la mitad de los motores, dependiendo de si son del mismo lado y las condiciones de carga».
Lo que no encaja con esta tesis, dice Santos, es que la falla del o los motores «le habría dado tiempo a los pilotos para avisar el ‘may day’. Aparte estos aviones llevan una baliza y no emitió señales. Lo más lógico es una falla catastrófica de estructura que no le dio tiempo a la tripulación de comunicarse».
El coronel (r) Rossi agrega que dicha posibilidad podría confirmarse o descartarse cuando se recuperen los motores desde el mar. «Eso permitiría saber si cuando cayó (el Hércules) al mar iban funcionando (las hélices), en qué condiciones estaban las aspas o saber si venían con tracción».
Fatiga o falta de mantención
El Hércules C-130 hizo su primer vuelo en 1978. De ahí en más, pasó por la Fuerza Aérea de Estados Unidos, los Marines y fue dado de baja en 2008. Luego, en 2015 pasó a manos de la Fach. ¿41 años de antigüedad son un problema? «No tienen por qué estar malos si son antiguos, pero deben cumplir hojas estrictas de mantenimiento, si no pueden pasar cosas graves», explica Santos.
Para el asesor en defensa, aquí se podría configurar un «problema grave de mantenimiento de la Fuerza Aérea». Como anécdota personal, recuerda que «hace unos años atrás, me invitaron desde la Fach para visitar los F16 en Antofagasta. De curioso, me metí debajo de uno de los aviones y descubrí que las tuercas del tren de aterrizaje estaban sueltas. Las solté con la mano y se las pasé al general que estaba allí».
Rossi no cree eso. «En Chile somos muy rigurosos con la mantención. Es cosa de revisar el listado de accidentes aéreos y compararlos con Perú, Bolivia, Colombia, Ecuador. Los números dan cuenta del alto estándar», sostiene. A su modo de ver, «la falla estructural, más que la mantención, podría ser una fatiga de material y ahí tiene que ver con el fabricante».
La Fach no descarta la posibilidad de una falla eléctrica. El comandante Merino confirmó un audio de un tripulante que comentó que el avión venía con «dramas» eléctricos antes de despegar en Punta Arenas. Sin embargo, es un antecedente que todavía está por investigarse.
Casos
«El desmembramiento»
17 de junio del 2002. Un C-130 del año 1957 y acondicionado para combatir incendios, sobrevolaba un siniestro en California, Estados Unidos, cuando perdió sus dos alas por falla catastrófica de fuselaje. Murieron los 3 tripulantes a bordo.
«El último caso»
10 de julio del 2017. Un Hércules del cuerpo de Marines se encontraba a 20 mil pies cuando la pala de una de las hélices se desprendió y golpeó el fuselaje y la cabina. Los 16 tripulantes murieron y la causa fue un problema de mantenimiento.