El Vaticano informó hoy que «para que ningún obispo, conferencia episcopal ni orden religiosa puedan, en adelante, esconder basura debajo de la alfombra» el Papa Francisco abolió el secreto pontifico sobre las investigaciones y procesos por abuso sexual de menores de dieciocho años o adultos vulnerables.
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De esta forma, el secreto sólo existirá en las leyes de protección de la privacidad en cada país. Desaparece también el secreto pontificio respecto a este tipo de delitos en la Congregación para la Doctrina de la Fe.
La iniciativa subraya que existirá el deber general de cooperar con la justicia cuando haya mandatos ejecutivos. Es decir, las diócesis de cada país deberán proporcionar toda la documentación sobre los procesos y denuncias en curso que posean y que solicite la autoridad judicial. Algo que ya se había señalado con anterioridad, pero viene ahora acompañado de la liberación del secreto pontificio.
Andrea Tornielli, director editorial de la Santa Sede precisó que «los documentos no serán de dominio público pero, por ejemplo, se facilitará la posibilidad de una colaboración más concreta con el Estado, en el sentido de que la diócesis que tiene una documentación determinada ya no está ligada al secreto pontificio y puede decidir —como debe hacer— colaborar transmitiendo copia de la documentación también a la autoridad civil».