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La columna de Piñera en el NY Times: “Esta protesta social se convirtió en una gran oportunidad para construir un nuevo futuro para Chile”

“Ahora necesitamos una nueva visión, escuchar a nuestros ciudadanos y encontrar juntos las soluciones a corto y largo plazo que consolidarán el camino hacia una sociedad más libre, justa y próspera”, afirmó el Mandatario.

El Presidente Sebastián Piñera analizó el presente chileno tras el estallido social en una columna publicada en el New York Times, en donde comenzó refiriéndose a la realidad económica del país tras el fin de la dictadura.

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«El ingreso per cápita se multiplicó por cinco y Chile pasó del sexto lugar en ingreso per cápita e Índice de Desarrollo Humano a encabezar la lista en América Latina. La pobreza cayó de casi un 69 por ciento a un prometedor 8,6 por ciento: ocho millones de chilenos superaron la pobreza. Entre 1990 y 2015, los ingresos del 10 por ciento más pobre de los chilenos aumentaron en un 439 por ciento, mientras que los ingresos del 10 por ciento más rico aumentaron en un 208 por ciento», afirmó.

De igual manera, indicó que «surgió una clase media fuerte y dinámica, y nos propusimos transformar a Chile en un país desarrollado y eliminar la pobreza antes del final de la próxima década».

«Hoy la desigualdad de ingresos en Chile es más baja que el promedio latinoamericano. Pero no pudimos aprovechar suficientemente el poder del crecimiento para reducir la brecha de ingresos . Muchos sintieron que se quedaron atrás, invadidos por una legítima sensación de injusticia que desencadenó una ola de protestas callejeras. Para responder a este llamado, necesitamos poner en práctica una agenda social agresiva, mantener la economía en crecimiento y acordar una nueva constitución con una participación amplia e inclusiva que refleje los valores y principios que han forjado a nuestra nación», expresó.

El estallido social

Posteriormente, el Mandatario analizó lo ocurrido en el país tras el 18 de octubre y el inicio del estallido social.

«En las últimas semanas hemos experimentado un estallido enorme e inesperado de violencia, incendios, disturbios, destrucción y delincuencia , que ha causado un daño grave al cuerpo y al alma de Chile», manifestó.

Asimismo, aseguró que «durante estos tiempos difíciles y violentos, mientras luchamos por restablecer el orden público y la seguridad, nuestro gobierno tomó todas las medidas y precauciones necesarias para garantizar el máximo respeto por los derechos humanos de todos nuestros ciudadanos».

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«Aplicamos las normas más estrictas con respecto al uso de la fuerza, adoptamos una política de total transparencia en la información sobre derechos humanos y fortalecimos el sistema de defensores públicos. Existe evidencia de abusos y uso excesivo de la fuerza, pero le otorgamos a nuestro Instituto Nacional de Derechos Humanos autónomo acceso total para cumplir su mandato legal en la protección de los derechos humanos. Invitamos tanto al Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los derechos humanos como a Human Rights Watch a observar la situación en el terreno. Además, promovimos y garantizamos la independencia de los fiscales para investigar cualquier queja, y de los tribunales judiciales para juzgar cualquier abuso o delito cometido por personal militar o policial», expresó.

«En estos tiempos difíciles, nuestro aliado más fuerte fue nuestra democracia, nuestras instituciones y nuestro estado de derecho, todo lo cual permaneció intacto y jugó un papel esencial durante la emergencia», indicó.

Destacó las movilizaciones

Piñera remarcó además las movilizaciones pacíficas, recordando la marcha que reunió a más de un millón de personas en las calles.

«Esta ola generalizada de violencia y destrucción estuvo acompañada por algo de una naturaleza completamente diferente: el mayor movimiento social en nuestra historia reciente surgió. Los chilenos de todas las edades y orígenes protestaron legítimamente contra las marcadas desigualdades, las bajas pensiones, la calidad y el costo de los servicios públicos, y los abusos en la provisión de bienes y servicios, junto con otras quejas que se habían acumulado durante décadas. En un día en particular, más de un millón de personas se expresaron en las calles», aseveró.

De igual manera, afirmó que «esta protesta social se convirtió en una gran oportunidad para construir un nuevo futuro para Chile. Era la expresión legítima de una democracia viva y vital. Nos dio la oportunidad de volver a conectarnos con nuestros ciudadanos y liderar una nueva transición hacia una sociedad más justa e igualitaria, donde el progreso y el desarrollo sean más inclusivos y sostenibles».

«Ahora necesitamos una nueva visión, escuchar a nuestros ciudadanos y encontrar juntos las soluciones a corto y largo plazo que consolidarán el camino hacia una sociedad más libre, justa y próspera. Para lograr este objetivo, debemos actuar con un fuerte sentido de unidad, urgencia y responsabilidad», recalcó.

Agenda social y nueva Constitución

El Mandatario resaltó de igual manera las medidas de la agenda social, precisando que esta incluye «aumentar las pensiones, elevar el ingreso mínimo; mejores condiciones para pequeñas y medianas empresas; reducir los precios de los medicamentos; más fondos para el sistema de salud pública; estabilizar el precio del transporte, agua, electricidad y peajes de carretera; aumentar los impuestos a los más ricos; y bajar los altos salarios de los miembros del congreso y algunos funcionarios del sector público».

«No tenemos tiempo que perder, porque no habrá justicia social sin crecimiento y desarrollo, ni crecimiento y desarrollo sin justicia social», indicó.

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