Por algún tiempo nos acostumbramos a escuchar en los malls el acento che y vimos a muchos vecinos del otro lado de la cordillera llenos de maletas y llevándose televisores y otros equipos tecnológicos. Fue un boom que se vivió entre 2015 y 2017, que se acabó cuando el dólar allá se disparó.
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Ese buen momento se debió a que el gobierno de Mauricio Macri había eliminado el impuesto de 35% que se cobraba a los argentinos cuando usaban sus tarjetas de crédito en compras en el extranjero. Sin embargo, la nueva administración del Alberto Fernández anunció que volverá a imponer un gravamen, esta vez de 30%.
Durante ese periodo, los argentinos llegaron a representar 40% del total de las compras que extranjeros hacían los extranjeros con plástico en nuestro país, según datos de la Cámara Nacional de Comercio y Turismo de Chile (CNC). Es más, según Bernardita Silva, gerente de estudios del gremio, “representaron 55% del monto total”, cuando antes del boom solo era 15%. Ahora en el primer trimestre de este año rondaba otra vez en torno a ese último porcentaje.
La ejecutiva destaca que Argentina sigue siendo el principal mercado para el mercado turístico local, pero subraya que esta decisión del Ejecutivo trasandino “obviamente influye bastante en el consumo argentino. Van a venir igual, pero el consumo va a ser menor”, señala.
De todas maneras, según datos de la Subsecretaría de Turismo, el visitante del otro lado de la cordillera no es el que saca más plata de su bolsillo estando en Chile. Si bien, en términos de volumen es considerable, de manera individual en 2018 registraron un gasto de US$319 por estadía, lejos de lo que gasta, por ejemplo, un turista chino (US$1.712).
Tormenta perfecta
La tendencia a la baja en a la llegada de turistas trasandinos era ya un hecho patente. Entre enero y noviembre de este año, 1.316.834 turistas cruzaron la cordillera, lo que implica una baja de 41% respecto del mismo período del año anterior (2.233.648), de acuerdo al balance de la Subsecretaría de Turismo.
Si se considera solo el periodo estival (diciembre – marzo), de acuerdo a datos de de la Federación de Empresas de Turismo de Chile (Fedetur), si en 2014 habían ingresado al territorio nacional 647.662 argentinos, llegando a un peak de 1.736.356 en 2017, este año la cifra retrocedió a 795.346.
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Sin embargo, para el sector el regreso de este recargo, más la crisis social que vive nuestro país se transforma en una especie de tormenta perfecta. “Ya estamos con malas noticias y esto es terrible”, reconoce Helen Kouyoumdjian, vicepresidenta ejecutiva de la entidad.
Añade que “de alguna manera la situación de los argentinos viniendo a Chile estaba en una situación complicada. Teníamos proyectado una situaución negativa y con esto es peor aún”.
Pese a ello, como la medida no se aplica aún, la vicepresidenta de Fedetur dice que “tenemos una ventanita”, en cuanto a que estima que la gente planes futuros para viajar, esté adelantando sus planes para antes que entre en vigor el impuesto.
Y si antes de esta última novedad, y considerando las consecuencias de la crisis social, se estimaba una caída de 30% en la llegada de turistas extranjeros en general para 2020, con este nuevo ingrediente, la ejecutiva indica que ahora están actualizando sus proyecciones.