El ministro Jaime Mañalich y el subsecretario de redes asistenciales Arturo Zúñiga hicieron un balance de lo que tuvo que enfrentar la cartera desde el estallido social del 18 de octubre.
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En el informe, se detalló que se han producido 13.046 atenciones en servicios de urgencias y que “cada uno de estos casos fue eventualmente denunciado a la fiscalía como eventualmente vinculado a un delito, tal como nos obliga la ley”.
“Las atenciones de urgencia son un fiel reflejo del nivel de violencia que hubo en cada una de las manifestaciones sociales durante este período”, afirmó.
Mañalich explicó que el proceso para identificar las atenciones ha sido difícil, ya que “es bastante complejo determinar cuáles de estas atenciones están vinculadas a la violencia social y las que tienen otro origen”.
“Hemos optado por la línea más conservadora. Si (una persona) aparece en un servicio de urgencia y señala que si lo que le pasa tiene que ver con las manifestaciones ciudadanas lo dejamos así en la estadísticas, por eso nuestros número son mayores que los del INDH”, aclaró.
De las 13.046 atenciones en servicios de urgencias, más menos 920 se calificaron como “consultas graves”, y 641 personas quedaron hospitalizadas.
De ellas, 50 estuvieron en un momento de su evolución en riesgo vital y necesitaron un soporte vital avanzado para sobrevivir. Hubo 6 fallecidos tras ser hospitalizados una semana después del 18 de octubre, tres de los cuales fueron por traumatismo encéfalo craneano grave y tres por arma de fuego.
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Traumas oculares
Según los datos de la cartera, 245 pacientes fueron atendidos en la Unidad de Trauma Ocular del Hospital del Salvador.
Del total de heridos, 17 personas presentan pérdida de globos oculares, por lo que necesitarán “una prótesis y no van recuperar la visión de ese ojo”.
Sobre los casos de Gustavo Gatica y Fabiola Campillay, Mañalich dijo que “hay dos personas que entendemos habrían perdido la visión bilateralmente, pero no fueron atendidas en la red pública”, por lo que “no están contabilizados” en el balance.
Entre los lesionados, el 82% llegó con un traumatismo ocular cerrado, o sea “no hubo ruptura del globo ocular, no destruyó la indemnidad del globo”, y un 18% con un trauma ocular abierto, “esto quiere decir un pedazo metálico entro al ojo, que el ojo estalló, pero que no es sinónimo de pérdida”.
Finalmente, explicó cómo va el plan de reparación y aseguró que se ha realizado un seguimiento a todos los pacientes que fueron atendidos en la Unidad de Trauma, y que se hizo una evaluación en cuanto al compromiso visual al momento del ingreso y el último control”
El 25% tenía visión normal al ingreso y ahora esa cifra aumentó al el 33%.
“En el último control hubo 17 casos con visión cero y que no podemos establecer con certeza de que haya alguna recuperación para ellos”, dijo Mañalich, que además agregó que hay “52 pacientes que tienen compromiso visual unilateral, total o muy importante, en los cuales hay programadas acciones que podrían significar alguna recuperación de su capacidad visual”.