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Las milicias chiítas dejan la embajada de Estados Unidos en Bagdad después de petición del gobierno iraní

El secretario de Defensa, Mark Esper, anunció este martes el envío de “fuerzas adicionales” para apoyar al personal de la embajada de Estados Unidos

(Nasser Nasser/AP)

Seguidores y miembros de la agrupación armada iraquí Multitud Popular, integrada principalmente por chiíes, se retiraron este miércoles de la Embajada de Estados Unidos en Bagdad, después de haberla asaltado el día anterior y haber provocado una escalada de la tensión entre Irak y su aliado norteamericano.

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Una fuente del Ministerio de Interior iraquí aseguró a Efe que los manifestantes empezaron a abandonar las cercanías de la legación diplomática, después de que la Multitud Popular pidiera a sus acólitos que se retiraran «por respeto a la decisión del Gobierno iraquí que así lo ordenó y para preservar el prestigio del Estado».

La fuente, que pidió el anonimato, agregó que los pocos manifestantes que quedan frente a la Embajada están desmontando las tiendas de campaña que levantaron ayer, cuando amenazaron con permanecer en ese lugar de forma indefinida para protestar por los ataques que Estados Unidos lanzó el domingo contra posiciones de las milicias en el oeste de Irak.

Desactivada de momento la crisis, no hay garantías de que no vuelvan a repetirse incidentes como los que están en el origen de la escalada (Nasser Nasser/AP)

 

CRISIS DESACTIVADA

De esta forma, la potente agrupación, que cuenta con el respaldo de Irán, ha decidido no seguir aumentando la presión y desactivar la crisis diplomática generada ayer cuando cientos de manifestantes consiguieron irrumpir en una parte del complejo de la Embajada estadounidense y quemar algunas de sus instalaciones, además de enfrentarse a los guardias de seguridad norteamericanos.

Este miércoles no se produjeron nuevos incidentes, después de que las autoridades iraquíes llamaran a la calma y prometieran proteger las misiones diplomáticas y castigar a los culpables del asalto, que ha puesto a los dirigentes en evidencia frente a su principal socio occidental.

El presidente de la República, Barham Saleh, denunció anoche en un comunicado lo ocurrido y señaló que ese asalto fue «un duro golpe a los intereses del país y su reputación internacional como Estado soberano» y hace más daño a Irak «que a cualquier otra parte».

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También reiteró las palabras del comandante de las Fuerzas Armadas y primer ministro iraquí, Adel Abdelmahdi Abdelmahdi, que prometió anteriormente que cualquier ataque a las embajadas y representaciones extranjeras será evitado y castigado de forma severa.

 

 

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