Una gran multitud se reunió el miércoles en Hong Kong para una marcha anual de protesta del Día de Año Nuevo a medida que el movimiento prodemocrático de varios meses de duración se extiende ahora a 2020.
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Las autoridades dijeron que la marcha se realizaba de manera ordenada, pero que cinco personas fueron detenidas bajo sospecha de vandalismo, por romper una puerta de vidrio y el cajero automático en un banco a lo largo de la ruta de la marcha. Los bancos y las empresas identificadas con China continental han sido blanco frecuente de manifestantes radicalizados.
Algunos de los manifestantes también arrojaron bombas incendiarias y basura a los policías en el distrito de Wan Chai por los que pasó la marcha.
La policía usó rocío irritante, gases lacrimógenos y cañones de agua para dispersar a los manifestantes más violentos. En una declaración, el gobierno dijo que sus agentes han estado «desplegando la fuerza mínima necesaria» para dispersar a los manifestantes violentos.
Las acciones de la policía se centraron en los distritos más industriales y de clase obrera en la parte de Kowloon, donde los inconformes asistían a un espectáculo de luces para celebrar el nuevo año. Después, se trasladaron a un distrito comercial densamente poblado como preludio de la marcha anual prodemocracia.
Las protestas comenzaron en junio de 2019 en respuesta a una propuesta de reforma legal que había permitido la extradición de residentes a la China continental, donde podrían enfrentar posibles torturas y juicios injustos. La ley se retiró, pero antes los manifestantes ampliaron sus demandas para pedir reformas en el territorio semiautónomo chino.
Hong Kong atenuó sus celebraciones de Año Nuevo por las protestas, que afectaron seriamente a las ventas minoristas, al turismo y al ocio nocturno.
Los manifestantes se dieron cita también en la estación de metro Príncipe Eduardo, a donde la policía entró hace cuatro meses golpeando y empleando gases lacrimógenos contra unos disconformes que no tenían forma de huir. Ese incidente es uno de los muchos que los manifestantes presentan como un caso de abuso policial del que no se ha responsabilizado a nadie.