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Científicas se sublevan con su ministerio: ¿por qué se provocó la “protesta silenciosa” en la inauguración de la nueva Agencia Nacional de Investigación?

La comunidad científica cuestionó el papel “tibio y ausente” del ministro Andrés Couve con las violaciones de DD.HH. durante el estallido social, además de no frenar “la violencia machista” en el gremio.

«No más dinero para acosadores», «tu ciencia tiene género», «¿quién escucha a la ciencia», se leía en las varias pancartas dispuestas a un costado de la tarima donde Andrés Couve, primer ministro de Ciencias de Chile, anunció ayer con bombos y platillos la inauguración de la nueva Agencia Nacional de Investigación, que jubiló tras 52 años de operaciones a Conicyt.

Y es que este lunes el desasosiego de la comunidad científica se convirtió en sublevación, tras emitir una carta conjunta -14 agrupaciones firmantes- donde critican duramente al ministerio y sus líderes, además de presentar la manifestación que le empañó la fiesta al Gobierno. El detonante, dicen, fue el estallido social.

«Pensamos que a través de un ministerio lo lograríamos, por fin pondríamos a la evidencia científica por encima para tomar las decisiones. Pero no», dice Cecilia Toro, presidenta del sindicato de trabajadores de ANID.

Timorato, tibio, intrascendente. Así tildan la gestión e importancia del ministro y la subsecretaria en las decisiones que ha tomado el gobierno en estos últimos dos meses. Sensación que, según Toro, la comparte casi toda la comunidad científica. «Couve es el mismo que marchaba con delantal blanco por mejores condiciones laborales, mejores oportunidades, porque no éramos escuchados. Ahora parece un discurso inconsecuente», afirma.

El sindicato cuestiona un protocolo de acuerdo durante el mandato de Michelle Bachelet, que ahora Couve habría desconocido. «Se firmó con la presencia de la Dipres y Conicyt. 156 trabajadores de la agencia pasarían a planta en la nueva institucionalidad. Pero lo desconoció e incorporó sólo a 58 a planta», añade.

En las poco más de 1.200 palabras de la carta, la comunidad científica cuestionó la «supuesta política basadas en evidencias» que promete el Gobierno.

Se sustenta en que la cartera no se pronunció ni cuestionó que La Moneda le quitara el piso a la investigación que daba cuenta de la composición de los balines, en los múltiples informes internacionales sobre violaciones a DD.HH., en el respaldo de Gonzalo Blumel al «informe de Big Data», no se involucrara en los casos de quemaduras por el ‘guanaco’, o al último spot de la sequía, donde se llama a las personas a reducir el consumo del agua, sin mencionar las industrias productivas.

«Eso es negar la ciencia, porque el silencio te hace cómplice», agrega Adriana Bastías, presidenta de la Red de Investigadoras (RedI), agrupación que sostuvo las pancartas junto a la Red de Historiadoras Feministas.

«Lo hicimos porque la ANID financia acosadores sexuales. Pueden salir académicos de universidades por sumario, pero llegan a otra y se ganan el proyecto. No hay ningún filtro ético además del académico, como sí hay en otras partes del mundo», dice la bioquímica. Una de las luchas de la RedI es conseguir que, a la acreditación de universidades, se agregue el criterio de equidad de género en sus planteles de investigación.

Bastías dice que «al tener un ministerio por el que se luchó tanto, duele ver que sea tan intrascendente estos días». «Un ministro no puede estar ausente con un discurso tibio, va a pesar en su historia», continúa Toro.

 

 

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