Una caída de 7,7% anual de la inversión en construcción -la mayor desde 2009- prevé la Cámara Chilena de la Construcción (CChC) para 2020, lo que fue dado a conocer en el “Balance 2019 y Proyecciones 2020” del sector, elaborado a partir de los datos de su informe Macroeconomía y Construcción (MACh).
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Desde el gremio expresaron que las cifras están influidas por el impacto económico que generó la crisis social que comenzó el 18 de octubre. Si bien los efectos en el corto plazo aún no se pueden dimensionar íntegramente, tienen relación con la destrucción de bienes públicos y privados por más de US$5.000 millones y la paralización o discontinuidad de actividades productivas, lo que significó una contracción del 3,4% anual del Imacec de octubre y del 3,3% en noviembre.
El reporte apunta que, en el largo plazo, el impacto dependerá de cómo los mayores grados de incertidumbre, derivados de cambios en las “reglas del juego” que podrían producirse por las reformas constitucional, tributaria, laboral, etc., afecten las expectativas y las decisiones de inversión.
Crisis y despidos
Apuntando a un escenario más bien pesimista, Patricio Donoso, presidente de la CChC, planteó la posibilidad de una eventual crisis económica, producto de la caída de casi el 8% de la inversión en construcción, que representa el 64% de la inversión de la economía. “Nos enfrentamos a un escenario complejo y la clave para afrontarlo es cambiar las expectativas de las personas respecto de su situación en el futuro y dar las certezas necesarias para que se active la inversión privada. Para eso es fundamental terminar con la violencia y construir acuerdos que mejoren las expectativas o, por lo menos, darle dirección a los temas que se están discutiendo”.
En cuanto al desempleo sectorial, Javier Hurtado, gerente de Estudios del gremio señaló que “se proyecta que aumente a 12% durante el primer trimestre de 2020, lo que involucraría la pérdida de alrededor de 40 mil puestos de trabajo, cifras que no se registraban desde la crisis subprime de 2010″. Asimismo, alerta que «se suma el alto porcentaje de trabajadores que, si bien no están incluidos en esa cifra, se verán obligados a desarrollar labores por cuenta propia que son esporádicas y sin contrato de por medio”.