Las elecciones de este sábado en la isla de Taiwán dieron una cómoda reelección a la presidenta Tsai Ing-wen, del Partido Progresista Democrático, con un 57,1% frente al 38,1 % del candidato del movimiento Kuomintang Han Kuo-yu, y el 4,26% alcanzado por James Woong, del Partido Primero El Pueblo.
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Luego de que su triunfo fuera reconocido, Tsai recordó las constantes tensiones de su país con China, diciendo que están dispuestos a llegar a compromisos con Beijing mientras se reconozcan los resultados electorales, ya que a su juicio «han demostrado que cuando nuestra soberanía y democracia están amenazadas, el pueblo taiwanés gritará nuestra determinación, incluso más fuerte«. La mandataria también pidió a China que abandonara sus amenazas del uso de la fuerza, y que vean a Taiwán como «un socio, no un problema«.
Las relaciones entre ambos territorios, separados desde la guerra civil que culminó en 1949, se han visto particularmente tensas desde que Tsai asumió en el 2016, debido a su negativa a aceptar que pertenecen a un solo país o a alinearse al sistema administrativo que rige a territorios como Hong Kong y Macao.
China, en voz del portavoz de la Oficina de Asuntos de Taiwán del Consejo de Estado, Ma Xiaoguang, se refirió a las elecciones oponiéndose a cualquier iniciativa que lleve a la emancipación de la isla e informando que seguirán en busca de una «reunificación pacífica» con el territorio continental.
Además, Ma instó a mantener un «desarrollo pacífico» entre ambos lados del estrecho de Formosa, que son la manera de «beneficiar a los compatriotas de ambas partes«.