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Estudio: Carne de cerdo en Chile no es todo lo que dice y promete

Un análisis realizado por Conadecus arroja deficiencias en el rotulado de sus etiquetas. La seremi de Salud está al tanto de estos resultados pero no da respuesta al llamado de la organización a hacer una fiscalización más rigurosa.

La Corporación Nacional de Consumidores y Usuarios -Conadecus- hizo un minucioso análisis a tres tipos de corte de carne de cerdo.

Para este estudio se ocuparon 15 muestras de 1 kg. aproximadamente, adquiridas en supermercados y carnicerías de la Región Metropolitana, envasadas y a granel que corresponden a carne fresca o congelada distribuidas en cortes de pulpa, chuleta y costillar.

Las muestras corresponden a cortes de las marcas: Super Cerdo, Cerdo Supremo, Americano, Smithfields, San Juan, Donoso y Santa Helena. Estas fueron tomadas de los supermercados Líder, Líder Express, Unimarc y de la Vega Central.

Según el estudio, donde hay que poner mayor atención al momento de comprar carne de cerdo en el mercado es en la cantidad de grasas saturadas, debido a que afectan al sistema cardiovascular y en los niveles de sodio.

El corte que presenta mayor cantidad de grasas saturadas es el costillar con un promedio de 7,7 g. cada 100 g. de carne, luego viene la chuleta que tiene un promedio de 4,6 g. de grasa cada 100 g. de carne. Por otro lado, la pulpa es el corte más magro, es decir que contiene menos grasa. Su promedio es de 2,4 g. de grasa cada 100 g. de carne.

Los valores declarados en las etiquetas del costillar Seara, Super Cerdo y de Smithfields; la chuleta Super Cerdo, pulpa Super Cerdo y San Juan no son los mismos a los obtenidos en el análisis.

Por otro lado, las muestras analizadas contenían menos sodio del que declararon en las etiquetas. Sin embargo, las dos muestras de Cerdo Supremo tenían 10 veces más sodio de lo que decía en sus etiquetas.

Según Hernán Calderón, presidente de Conadecus;  el Ministerio de Salud, la seremi de Salud y el Sernac cuentan con los resultados de este estudio en el que se denuncia la diferencia entre las etiquetas de los productos y el análisis realizado a estos. “Lo que tiene que hacer la autoridad con este estudio es fiscalizar y obligar al cumplimiento de la ley vigente” dice.

Por otro lado, asegura que los consumidores no tienen referencias, debido a que la información que entregan las etiquetas es difusa y denuncia también que las autoridades no se han dado por aludidas con los resultados del análisis realizado.

Otra de las preocupaciones de Conadecus es la presencia de Ractopamina- medicamento que se utiliza en la producción de cerdos en el extranjero- sin embargo las 15 muestras analizadas están libres de esta sustancia.

Implicancias legales

Las carnes marinadas se someten a un proceso en el que se les inyecta agua, sodio y otros aditivos que hacen que el producto ya no sea natural, sino que se convierte en uno procesado.

La Ley 20.606 y sus disposiciones en torno al Reglamento Sanitario de Alimentos indican que «cuando a un alimento o producto alimenticio se le haya adicionado sodio, azúcares o grasas saturadas, y su contenido supere el valor establecido (..) deberá rotular la o las características nutricionales relativas al nutriente adicionado”.

Según la misma ley, el límite desde el cual los productos deben contener en su etiquetado la presencia de sodio es de 400 mg. de sodio cada 100 g. de carne. En las muestras analizadas en este estudio ninguna contenía la información correspondiente.

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